La sanidad gallega necesitará al menos 700 millones de euros adicionales para garantizar su funcionamiento si se cumplen las previsiones del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. Este reclamó ayer abordar una "pieza separada" en el debate sobre la nueva financiación autonómica sobre las políticas sanitarias, asegurando que el desembolso de las comunidades en este capítulo alcanza ya el 42% de su presupuesto y que "en dos o tres años" se elevará al 50% debido al envejecimiento de la población.

Esas cifras ofrecen una preocupante perspectiva para las finanzas autonómicas. El año que viene, el presupuesto de la Xunta ascenderá a 9.063 millones, aunque las consellerías se repartirán 8.623. De estos, 3.614 corresponden a Sanidade, según las cifras oficiales: el 41,9%, si bien casi el 45% de esos fondos se dedican al pago de personal. Atendiendo a la predicción de Feijóo y tomando como referencia el mismo presupuesto -aunque lo lógico es que este crezca tanto en 2018 como en 2019-, el 50% de gasto sanitario representaría 4.311 millones, 697 más que en las cuentas del próximo ejercicio. Se trataría de un incremento del 19%, porcentaje inédito en la evolución anual de las cuentas públicas autonómicas.

El presidente del Ejecutivo autonómico considera que si el gasto sanitario copa tantos recursos y presenta una "evolución distinta" al resto de servicios debe ser abordado de forma individualizada "para que al final el balance esté reflejado de forma correcta". "No es lo mismo un gasto sanitario en la edad pediátrica que de una persona mayor de 60 años", explicó ayer en un acto de conmemoración del trigésimo aniversario de Expansión. Galicia es una de las comunidades que peor saldo demográfico presenta, por lo que su factura se elevará en este terreno.

Feijóo también aprovechó para cargar de nuevo contra la reforma de la financiación autonómica aprobada por el Ejecutivo de Zapatero y cuya modificación aplazó la legislatura pasada el PP: en 2014 aparcó abordar el nuevo sistema que debería estar en vigor el año pasado. "No ha resuelto los problemas", resumió sobre un "planteamiento equivocado".

También lanzó a su propia formación la advertencia de no repetir lo que entiende un error: usar el sistema como herramienta de negociación política, en alusión a Cataluña. "No se financian territorios, sino el coste efectivo de la prestación de los servicios públicos", insistió tras rechazar mezclar el debate identitario con el económico o sellar acuerdos bilaterales.

Ahí, adelantó una posición exigente a priori: "[Galicia] no quiere más que nadie, pero tampoco va a aceptar menos". "Tan malo como ese café para todos que algunos critican sería café solo para algunos", resumió.

Feijóo también presumió en esa cita de la "excepción" que constituye Galicia tras las elecciones de septiembre en que el PP logró su tercera mayoría absoluta consecutiva frente a un panorama político estatal donde resulta más rentable" estar contra todo que a favor de algo". Señaló esta estabilidad como activo para apuntalar el crecimiento económico sin "excluir el intento de la política de pactos", actitud que extendió al Gobierno de Mariano Rajoy con ejemplos como el acuerdo reciente sobre el déficit o la educación, si bien el PP impuso la Lomce durante la pasada legislatura, en la que gozaba de mayoría absoluta.

Por otra parte, el conselleiro de Sanidade, Jesús Almuíña, anunció ayer la extensión a toda Galicia en 2017 del programa de cribado de cáncer de colon, dos años más tarde de lo previsto: el primer semestre se implantará en A Coruña y, en el segundo, en el área sanitario de Vigo, los dos territorios donde todavía no se aplica el sistema de análisis bianuales a partir de los 50 años.

Retraso en el programa

Almuíña también defendió el aumento de 101 millones en su departamento en el proyecto presupuestario de 2017, ejercicio en que gastará 203 millones en los conciertos con el sector privado. Además, la masa salarial crecerá un 3% y se reservarán 7,4 para contratación de personal, si bien el año pasado disparó el gasto en personal, recetas y material 420 millones.

El gasto farmacéutico este ejercicio se cerrará en 1.026 millones -696 en atención primaria y 329 en hospitales-, por lo que defendió la divulgación de prácticas de "buen uso de medicamentos".

La oposición cargó contra las cuentas. Eva Solla (En Marea) cifró en un 13,5% el recorte de fondos y afeó la falta de un "plan de abordaje" de las listas de espera, mientras Julio Torrado (PSdeG) pidió conocer si se aplicará la sentencia sobre encadenamiento de contratos temporales de la UE, que vio fraude en este sistema. Por su parte, Montse Prado (BNG) acusó a la Xunta de apostar por el "desmantelamiento" de la sanidad pública.