Luís Villares optará a las primarias en las que se elegirá la dirección de En Marea, con lo que se abre la puerta a que sea nombrado portavoz nacional si el partido decide dotarse de ese cargo. La decisión del plenario de la formación fue tomada ayer en Santiago y evidenció la fractura interna en torno al modelo de cúpula. En el primer pulso, el exmagistrado salió vencedor y podrá participar en las primarias, si bien se arriesga a un resultado que lo debilite.

En Marea aprobó su documento político y las normas para la elección de la dirección, formada por un Consello das Mareas de 35 miembros y una coordinadora de 11 encargada de dirigir el día a día, en la asamblea de los días 21 y 22 de enero. A la cita de ayer llegaron dos grandes posiciones que mostraron la división acerca del papel de Villares, magistrado del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia que aparcó su carrera profesional en verano para ser el cabeza de cartel el 25-S. Una parte del partido proponía vetar su concurso en las primarias y darle acceso a los dos órganos de dirección por su calidad de portavoz parlamentario, al mismo nivel que Alexandra Fernández, su homóloga en el Congreso, descartándolo como referente; la otra rechazaba cualquier limitación.

La decisión final permitirá a quien quiera concurrir a la consulta a las bases, pero la presencia de cargos institucionales como Villares en el Consello das Mareas quedará limitado a un máximo de siete (20%). Además, no blinda el asiento de los portavoces parlamentarios como miembros natos ni el de otros diputados, en este último caso con voz y sin voto, que establecía el primer modelo. También se veta el acceso a la dirección de cargos ejecutivos de alguno de los partidos que alientan En Marea, como Anova, Podemos o Esquerda Unida.

El bando que prefería una dirección coral con Villares sentado en ella como uno más contaba con el respaldo del alcalde de A Coruña, Xulio Ferreiro; su homólogo en Ferrol, Jorge Suárez, o los diputados de En Marea en el Congreso Yolanda Díaz y Antón Gómez Reino. Sus tesis fueron derrotadas en el punto más polémico.

El plenario de En Marea, con más de 1.200 inscritos pero alrededor de medio millar de participantes en la reunión de ayer en Santiago, pulió el régimen de incompatibilidades del que era partidario Ferreiro, abriéndole la puerta a Villares, pero el partido sigue sin desvelar si contará con un portavoz nacional o equivalente. La decisión recaerá sobre el Consello das Mareas. De aceptar la designación de un primus inter pares, no saldrá directamente de las bases -el censo será nuevo y podrá participarse telemáticamente-, pues en las primarias no se votará.

Los 35 puestos del máximo órgano de decisión -que se constituirá el 28 de enero- se repartirán en función del resultado de las listas -cerradas, en cremallera y con una propuesta de coordinadora- que se presenten, mismo criterio para designar a los 11 de la coordinadora.

La decisión sobre las incompatibilidades se produjo tras una toma de partido del gran referente simbólico de la formación. Xosé Manuel Beiras exigió a los suyos "dejarse de caralladas" y "arropar" a Villares como líder, recordando que este abandonó su trabajo para ponerle rostro a En Marea. "Si dio ese paso, que se deje todo el mundo de caralladas, si es que hay alguien que piense en ellas. Aquí lo que hay que hacer es arropar a Villares para hacer la labor que tiene que hacer", pidió brindándole su apoyo y el de su partido, Anova.

Además, diferenció entre presentar un referente a la sociedad y entregarle un poder omnímodo. "Sabe perfectamente ser el portavoz y no ejercer como si tuviera poderes extraordinarios", resumió el histórico nacionalista, alejando una portavocía de conferirle "poderes propios del secretario general de un partido tradicional o de un presidente en un partido presidencialista".

Antes del inicio del plenario, Ferreiro evidenció sus diferencias con ese modelo de organización y abogó por "buscar el equilibrio" entre la vida orgánica y la institucional. "Es importante que haya gente en la organización y en la coordinadora que esté desvinculada de la vida institucional. Es bueno que una organización política tenga un contrapeso no institucional", dijo acompañado de Villares.

El regidor mostró coherencia. "En julio [en la asamblea constituyente de En Marea en Vigo] diseñamos una organización que no tiene un referente único. La figura de secretario xeral no existe. No somos exactamente lo mismo que otras organizaciones. La forma de estructurar los cargos es diferente", respondió a la prensa, si bien sostuvo que la cita "no es para discutir sobre Luís Villares", que está, añadió Ferreiro, "fuera de discusión".

En Marea también aprobó un documento político que establece su objetivo de "ruptura" con el sistema actual y de defensa de las clases golpeadas por la crisis, así como aboga por "alentar" las mareas locales a dos años de las municipales y antes de iniciar la implantación territorial del nuevo partido. Avala también el "derecho a la autodeterminación" de los pueblos.