Este pasado verano, el proceso de contratación por parte de la Xunta de medios aéreos destinados a la extinción de incendios resultó arduo y enrevesado, con recursos y licitaciones desiertas que provocaron que por primera se quedara sin aviones propios de lucha contra el fuego y tuviera que sustituirlos por helicópteros por la vía de urgencia, lo que supuso incrementar en un 80% la partida reservada inicialmente para este fin. Para evitar que se repitan problemas similares en la campaña de incendios del próximo año, la Consellería de Medio Rural ha decidido adelantar varios meses el concurso para contratar helicópteros y tener así un mayor margen de maniobra ante eventuales imprevistos.

"No suele ser lo habitual que se saque tanto tiempo antes una convocatoria así, pero se quiere hacer un esfuerzo en este sentido", precisan fuentes del departamento que dirige Ángeles Vázquez.

El caso es que la pasada semana la Xunta ya sacó a licitación la contratación de cuatro helicópteros de lucha contra el fuego, cuando lo normal es que se haga una vez superado el primer trimestre del año. Se pretende contar con sus servicios durante los años 2017 y 2018 por un importe de salida de 3,8 millones con la posibilidad de ampliar el contrato otro bienio por el mismo precio.

El concurso está formado por dos lotes. El más caro, por 3,3 millones, consiste en tres helicópteros de tipo ligero con sus respectivas brigadas de extinción de incendios. El servicio consistirá en la disponibilidad durante 900 días entre las tres aeronaves con un total de 1.500 horas de vuelo contratadas, incluyendo 900 días de trabajo de las brigadas.

El segundo lote es un helicóptero con técnicos coordinadores durante 184 días y un total de 300 horas de vuelo contratadas. El coste sería de 541.000 euros.

Jugando con varios meses de margen, la Xunta pretende evitarse problemas en la contratación justo encima del inicio de la temporada de riesgo alto de incendios. El pasado año fue, en ese sentido, muy complicado. La primera licitación para el uso de aviones fue recurrida por la patronal por ser muy exigente, ya que imponía el conocimiento del gallego a los pilotos y como mínimo 1.200 horas de experiencia. Se suavizaron las condiciones y el concurso, por 2,8 millones y una vigencia contractual de tres años, quedó desierto a una semana de comenzar la temporada de incendios, lo que obligó a la Xunta a quedarse por primera vez sin aviones propios en la campaña de lucha contra el fuego.

Casi sin tiempo, tuvo que sacar una licitación por la vía de urgencia para sustituir los aviones por cuatro helicópteros, pero con la circunstancia de que tuvo que gastar un 80% en el presupuesto.

Sin embargo, la experiencia resultó positiva y el Gobierno gallego apostará en esta campaña por los helicópteros frente al uso de aviones.