El descenso poblacional en Galicia se acentúa cada año y en 2015 sufrió la mayor pérdida de población de su historia debido a la caída de los nacimientos en un 1,1% y el repunte de las defunciones en casi un 6%. El aumento de la edad media -de los 42,3 años a principios de siglo a los 46,2-, y de la esperanza de vida -de los 80 años hace una década a los 83 actuales- explican una de las características de la población gallega: el envejecimiento. De hecho, los mayores de 65 años ya representan la cuarta parte de la población gallega. El índice de envejecimiento que mide la evolución de este colectivo en relación a cada 100 menores alerta de la sangría demográfica en la población gallega. Galicia, con un índice de 188, es la segunda comunidad más longeva, solo por detrás de Asturias. Otro de los datos que demuestran lo envejecida que está la comunidad gallega y su difícil futuro demográfico es el número de centenarios. En Galicia hay 1.607 personas que en su tarta de cumpleaños tenían tres números, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) a 1 de julio de 2016, último mes del que hay cifras.

Son 161 centenarios más que el año pasado y 1.110 más respecto a hace una década. Desde 2006 la cifra de ciudadanos que superan el siglo de vida casi llegó a triplicarse y solo en el último año creció un 11%. Si se comparan las cifras con 2002 -primer año en el que empezaron a publicarse estas estadísticas- la cifra casi se multiplica por cuatro respecto a las apenas 422 personas que superaban esa edad en ese año.

El índice de centenarios en la comunidad es del 0,5, el segundo más elevado de toda España solo por detrás del 0,7 de Castilla y León. Ambas son dos de las autonomías donde el problema del declive demográfico es más grave y en el caso de las personas con más de 100 años se sitúan por encima del índice de 0,3 de la media nacional. Destaca el caso de la provincia de Ourense, que junto con Soria, son las únicas que figuran que cuentan con más de un centenario por cada mil habitantes, con tasas del 1,0977 y 1,644 respectivamente. En el resto de provincias gallegas, el segundo mayor registro se da en Lugo con un 0,8 seguido del 0,5 de Pontevedra -igual que la media autonómica- y A Coruña con un 0,4 cuenta con el menor índice de ciudadanos que ya han cumplido los 100 años. Después de Ourense y Soria también se colocan como regiones altamente envejecidas Lugo, Zamora, Salamanca y Ávila -todas por encima del 0,8-, mientras que en el otro extremo se sitúan Murcia y Cádiz, que con tasas del 0,1 son las provincias en las que menos presencia tienen los centenarios.

Las estadísticas revelan además que son las mujeres las que más posibilidades tienen de vivir más de un siglo. De los 1.607 centenarios contabilizados en la comunidad gallega 1.231 -el 76%- son mujeres, mientras que solo 377 hombres han llegado a esa edad. El incremento en la última década ha sido similar en ambos casos con una subida del 280%.

Madrid y Barcelona son las únicas provincias españolas que superan el millar de centenarios. Pero en el grupo de las que cuentan con más de 500 personas en este grupo de edad se cuela Pontevedra junto con Sevilla, Málaga, Valencia, Alicante y Santa Cruz de Tenerife. La amplia mayoría de las provincias españolas oscilan entre las 100 y las 500 personas con más de un siglo. En Galicia es el caso de Lugo con 206, Ourense con 343 y A Coruña con 468. Las cifras del 1 de julio de 2016 sitúan a Álava, Palencia, Segovia y Teruel como las que menos personas centenarias contabilizan, con menos de un centenar.

Por ayuntamientos, en las siete grandes ciudades se concentran el mayor número de centenarios. Destaca Vigo con 138 y A Coruña con 118. Le siguen Ourense (51), Lugo (45), Santiago (37), Pontevedra (30) y Ferrol (25). En la provincia de A Coruña por encima de la decena de personas de más de 100 años hay otros tres municipios: Oleiros, Carballo y Melide; Sarria y Monforte, en Lugo; Celanova, en Ourense; Tomiño, Lalín, Moaña, A Cañiza, Covelo, Ponte Caldelas y Estrada, en Pontevedra.