El envejecimiento en Galicia no solo afecta a su población sino también a los edificios en los que reside. La edad media de las viviendas en Galicia ronda los 42 años, pero el 28% de todo el parque se sitúa por encima de esa cifra. La fecha de construcción de las más antiguas datan de antes de 1950 y suponen el 17% de los 2,2 millones de inmuebles contabilizados en la comunidad. Más de 384.983 edificios tienen más de 60 años. Las provincias del interior superan la media gallega debido a que la cuarta se crearon antes de 1950, una proporción que se reduce al 13% en el caso de A Coruña y al 12% en Pontevedra, según los datos del Instituto Galego de Estatística (IGE). Los números también son dispares si se comparan por ayuntamientos y en 61 de ellos -el 20%- la mitad del parque de viviendas se construyó antes de la segunda mitad del siglo XX.

La Xunta ha frenado la nueva inspección a todos los edificios de más de 50 años de la comunidad debido a que esta medida, que deriva de una norma estatal, está afectada por una sentencia del Tribunal Constitucional. El Gobierno pretende que los inmuebles de más de medio siglo pasen por un informe de evaluación (IEE), distinto a la actual revisión técnica (ITE) a la que ahora solo están obligados los municipios de más de 25.000 habitantes, y que analice no solo la conservación estructural de la construcción sino también la accesibilidad y la eficiencia energética.

En la provincia de A Coruña hay una decena de municipios con el 50% de sus viviendas con más de 60 años. Se trata de Aranga, Cerdido, Oza-Cesuras, Lousame, Mañón, Moeche, Monfero, As Somozas, San Sadurniño y Toques. En Pontevedra solo se da esta proporción en seis casos: Cotobade, Covelo, Crecente, Dozón, Agolada y Rodeiro. En ninguna de las provincias atlánticas son más del 10% de los concellos los que se encuentran en esta situación, mientras que en el interior son la tercera parte con los 18 ayuntamientos de Lugo y una treintena en Ourense. Los casos más destacados se encuentran en Negueira de Muñiz, Ribeira de Piquín, Samos, en Lugo; junto con Chandrexa de Queixa, Manzaneda y A Teixeira. En estos seis concellos la antigüedad del parque de viviendas se agudiza y siete de cada diez inmuebles tienen más de medio siglo.

La otra cara de la moneda son las viviendas más modernas que se construyeron a partir de 2010 y que apenas representan el 4% del total de inmuebles en Galicia. En casi 90 ayuntamientos gallegos -el 28%- los edificios con menos de cinco años ni siquiera suponen el 1% del parque de viviendas. De nuevo, destacan las provincias del interior, porque en la mitad de los concellos ourensanos los inmuebles cuya antigüedad es de 2010 en adelante no llegan a ese 1%, lo mismo que en 22 municipios de Lugo, el 30% del total. Los casos más llamativos se dan en 15 ayuntamientos donde desde 2010 no se ha construido ninguna vivienda, y todos se concentran en el interior. En Lugo no hay ningún edificio levantado entre 2010 y 2015 en Negueira de Muñiz, Ribeira de Piquín y Samos. Y en Ourense pasa lo mismo en O Bolo, Cartelle, A Gudiña, Pontedeva, Punxín, Rubiá, San Amaro, Sarreaus, A Teixeira, Vilarmartín de Valdeorras y Vilar de Santos. En otra decena de concellos solo hay una vivienda nueva posterior a 2010. Solo son dos ayuntamientos en la provincia de Lugo (Baleira y Muras) y otros ocho en la de Ourense (Bande, Beariz, A Bola, Coles, Manzaneda, Piñor, San Xoán de Río y A Veiga). No se da en todos los casos, pero algunos concellos con más edificaciones de antes de 1950 destacan al mismo tiempo por ser los que albergan menos inmuebles por debajo de los cinco años de antigüedad. Por ejemplo, en Muras, Negueira de Muñiz, Ribeira de Piquín, Samos, O Bolo y Manzaneda, más del 70% de los edificios de estos ayuntamientos tienen más de 60 años, mientras que no hay ninguno -o como mucho uno- cuya antigüedad no se remonta más allá de 2010.