El precio de la vivienda este año en Galicia alcanzará una revalorización media del 1,2%, con una estimación de ventas que rondará los 16.000 inmuebles. El mercado del alquiler será clave para el sector inmobiliario en todo el país. Para Galicia, también. Y es que los jóvenes de entre 25 y 35 años apuestan más por el arrendamiento que por la compra, ya no solo por una cuestión de salario, sino por razones sociales y culturales como la economía colaborativa y la movilidad geográfica que disuaden a este segmento de la población a adquirir una vivienda en propiedad. No solo los compradores que el año pasado se metieron a una hipoteca en la comunidad gallega tuvieron que desembolsar un 2% más que el ejercicio anterior, los inquilinos que en 2016 optaron por alquilar también tuvieron que rascarse más el bolsillo. El metro cuadrado Galicia para el régimen de alquiler se situó el año pasado en 5,2 euros mensuales, lo que supone un 4,2% más que en 2015. Sin embargo este incremento se queda muy por debajo de la media en el conjunto del Estado, que se situó en el 15,9% con 8,2 euros por metro cuadrado, según el índice de precios inmobiliarios de Idealista.

En ninguna comunidad se registró el año pasado una tendencia a la baja en los pisos arrendados. A la cabeza del ranking autonómico se coloca Cataluña, donde los propietarios piden casi un 27% más que hace un año por alquilar sus viviendas. Le siguen los incrementos de Madrid (18%) y Baleares (13,8%).

En el extremo opuesto están Extremadura (1,1%), Murcia (1,7%) y Castilla-La Mancha (2,4%). Galicia, con una subida de los arrendamientos de más del 4%, está en el noveno puesto de la tabla nacional. En cifras absolutas, mientras alquilar un piso de 75 metros cuadrados en Cataluña cuesta una media casi mil euros (13,3 euros por metro cuadrado), en Galicia el arrendamiento es de apenas 400 euros.

De las cuatro provincias gallegas, Pontevedra está en el podio, con una media de seis euros por metro cuadrado el alquiler, seguida de A Coruña, con 5 euros. Y cierran la lista Ourense (4,2) y Lugo (4). El mayor repunte lo protagonizaron los inmuebles en alquiler en la provincia de Pontevedra, que se encarecieron un 6,2%. En la provincia de A Coruña, el precio de los arrendamientos el último año subió un 3,6%, mientras que en Ourense, el crecimiento alcanzó el 3% y en Lugo fue de solo un 0,2%. Entre las ciudades y localidades analizadas por Idealista en su informe, Vigo es la más cara de la comunidad, con una media de 6,8 euros el metro cuadrado mensuales, un 7,3% más que en 2005. A Coruña es la segunda, con una media de 6,2, con una subida del 7,7%. Destacan en la lista localidades como Arteixo o Oleiros, con un coste medio el metro cuadrado de los pisos en alquiler en 2016 de 6,2 euros y 5,7 euros, respectivamente, lo que supone un aumento del 7,7% y del 10%, respectivamente. Este porcentaje convierte a Oleiros en el municipio gallego donde más repuntaron las tarifas de alquiler, según el estudio de Idealista. De las siete ciudades, Santiago y Ferrol registraron un descenso en los precios, de casi un -1% y -1,6%, respectivamente.

En el conjunto del Estado, tan solo ocho provincias registraron una caída en los precios en las viviendas en alquiler. El mayor descenso se produjo en Tarragona, donde las tarifas cayeron un 6,3%, mientras que la mayor subida se produjo en Barcelona (23,4%), Guipúzcoa (18,1%) y Madrid (18%).

Aunque los incrementos del alquiler son mayoritarios en el conjunto del país, el balance pone de manifiesto que no son uniformes, ya que los grandes mercados han seguido siendo un polo de atracción que ha hecho que los precios hayan subido aún con más fuerza. Pero los datos revelan que la presión sobre los precios en las grandes ciudades se está trasladando a las periferias, que en muchos casos registran aumentos superiores a los de las propias capitales.

Para el jefe de estudios de Idealista, Fernando Encinar, el alquiler "ha venido para quedarse". Una situación que atribuye a las reformas políticas de los últimos años que han beneficiado "de manera increíble" el crecimiento del alquiler, "sacándolo del raquitismo en el que tradicionalmente se encontraba desde los años sesenta". "La crisis que hemos vivido, entre otras consecuencias, ha abierto los ojos a muchos sobre la evolución de los precios de venta y la realidad de que también en España pueden caer, y mucho, los precios de las casa", argumenta Encinar.

Durante la crisis, los precios del alquiler estuvieron más estables porque los contratos se habían firmado años antes. "Es ahora en la renovación o nuevas firmas donde los propietarios actualizan la renta, que en todo caso sigue en niveles razonables si se comparan los grandes mercados españoles con la mayoría de las capitales europeas", matiza Espinar.