La Conferencia de Presidentes de hoy marcará el primer paso para la negociación del nuevo sistema de financiación autonómica, cuya renovación quedó aparcada en 2015. El vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, celebró esta mañana no solo la celebración del encuentro, sino que urgió concreción. "Hoy significa solo su puesta en marca, pero es cierto que esta tiene que ir, a partir de ahora, con una velocidad importante para cuanto antes tener ese modelo de financiación, un pacto por la demografía y otro por la educación", declaró esta mañana en Madrid.

Galicia se juega mucho en la negociación, pues seis de cada diez euros de sus ingresos proceden de la hucha estatal, una dependencia solo superada por Cantabria. En la agenda se incluye una negociación para incluir variables que la Xunta considera prioritarias, como es el envejecimiento y su peso en el gasto sanitario.

Rueda percibe voluntad de acuerdo tras los contactos previos a la cita, en la que estará presente el presidente del Ejecutivo gallego, Alberto Núñez Feijóo. "Esperamos que se haga realidad lo apuntado en esos acuerdos y se empiece a poder discutir el nuevo modelo de financiación teniendo en cuenta aspectos tan importantes como el gasto sanitario, que copa casi la mitad de todo el gasto de las comunidades, o la necesaria financiación de la ley de dependencia, aportando las comunidades, pero también el Estado", explicó Rueda.

"También celebramos especialmente, y Galicia tuvo mucho que ver, que haya una estrategia nacional conjunta sobre la demografía y los retos que supone, así como los problemas que se derivan de esa situación no solo de Galicia. Tenemos retos muy importantes", añadió.

Una de las principales demandas de Galicia pasa por elevar el peso en cuestión de recursos del envejecimiento, que dispara el coste del gasto sanitario. "Eso necesita ser tratado y, probablemente, tener una derivada en el nuevo modelo de financiación", alega antes de incluir en la agenda un pacto por la educación tras "los sucesivos fracasos" cosechados y después de que parte de la Ley Wert fuese paralizada por el Gobierno central tras las quejas políticas y sociales.

La cita también está marcada por las ausencias de los presidentes de Euskadi y Cataluña, que Rueda considera un "error". "Vamos a llegar a acuerdos que afectan a todos y es necesario que estuviesen", lamentó.

El vicepresidente gallego reivindicó la cita, que volverá a tener carácter anual tras ser aparcada durante años, como escenario para negociar cuestiones vinculadas a las personas y no lo a las reivindicaciones territoriales. "Se necesita el acuerdo de todo el mundo con independencia de colores políticos", finalizó.