En 2016 hubo un nulo efecto del Brexit sobre las llegadas de británicos, que es el principal mercado exterior para España. Los indicadores turísticos del mercado británico (llegadas de turistas, pernoctaciones y gasto) acabaron el año en valores máximos de los últimos quince. Se mantuvo una senda continua de crecimiento desde la aprobación del Brexit, aunque se apreció una moderación a medida que avanzó el año.