Del mismo modo que prosigue el proceso de envejecimiento y merma poblacional en la comunidad, también lo hace, en paralelo, el que lleva al que cada vez más aldeas acaben abandonadas. En total ya son, según el INE, 1.695 las poblaciones que se han quedado en Galicia sin ningún habitante, sumándose 26 más a 1 de enero de 2016. En A Coruña ha recuperado la vida una aldea, quedando el total de pueblos abandonados en 629. En Ourense se han añadido dos nuevas en 2016 para alcanzar las 155 y en Lugo, la más afectada por la despoblación, ya llegan a las 752, lo que supone 26 más que las registradas en 2015. En Pontevedra son 159 las aldeas desiertas, la única circunscripción donde no ha habido variaciones en el último año. En España el registro oficial cifra en 3.337 los lugares deshabitados, de los que justo la mitad están ubicados en la comunidad gallega.