El último retraso de la llegada de la alta velocidad a Galicia tensó ayer el cara a cara de Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta, con En Marea y BNG hasta el punto de que culpó a los nacionalistas de permitir la dilación de las obras durante los gobiernos de Zapatero y a los primeros los responsabilizó de futuros problemas en caso de impedir la aprobación de las cuentas estatales de 2017.

"Prefiero el retraso de un año a un gobierno de PSOE-Podemos porque nos despediríamos del AVE", espetó el jefe del Ejecutivo gallego tras ser acusado de desidia y sumisión ante Mariano Rajoy después de que a finales de enero el Ministerio de Fomento retrasase la finalización de las obras al último trimestre de 2019, nueve años más tarde de la primera fecha comprometida y uno después de la anunciada por el PP en la campaña autonómica del pasado septiembre.

En su enfrentamiento con Luís Villares (En Marea), Feijóo tiró de artillería con la vista puesta en la gestión de las ciudades en manos de las mareas. El PP ya anunció hace días su intención de lanzar la precampaña electoral con vistas a las elecciones municipales de 2019 y, de nuevo, el titular de la Xunta recurrió a ese ejemplo para desdeñar las críticas a la gestión de su formación en Monte Pío y Moncloa.

'Fochancas'

"En A Coruña tenían previstas 57 obras y realizaron tres en veinte meses. En Santiago aún no acabaron las obras de una calle y me preguntan por las obras del AVE. ¡Si no son capaces de reparar unas fochancas! Es muy enternecedor", le espetó Feijóo sobre sus reproches, con tono fiscalizador, a Villares, a la vez que tiró de hemeroteca para rescatar declaraciones de miembros de En Marea que ponían en duda la inversión del AVE.

En su intervención, el portavoz parlamentario de En Marea censuró con dureza la nueva fecha de entrada en funcionamiento del AVE, que situó en 2022 incluyendo el nuevo acceso por Ourense -desde 2019 se usará el trazado viejo-. Además, reclamó, un plan de vertebración interior en Galicia, ya que es imposible desplazarse entre Santiago y Lugo o entre Lugo y Ourense.

Alertó, con las habituales referencias a Luis Bárcenas y los supuestos sobresueldos de cargos del PP estatal, de que el trazado en esa ciudad incluye "doce curvas como la de Angrois", escenario de la mayor tragedia ferroviaria de los últimos años en España con 80 muertos. "No caben adelantos de fechas a cambio de seguridad", añadió el juez en excedencia, en alusión a la polémica sobre la puesta en marcha de la línea entre Ourense y Santiago sin el sistema de seguridad más fiable en la curva donde se produjo el siniestro. También recordó que el tramo Taboadela-Ourense "no está ni licitado".

Un tono similar fue el que transpiró el duelo entre Feijóo y la portavoz del BNG, Ana Pontón. La dirigente nacionalista le reprochó su sumisión a Madrid y le pidió "ejercer de presidente de los gallegos" a la hora de exigir el cumplimiento de los plazos prometidos del AVE, tras recordarle la firma del Pacto del Obradoiro con el ministro socialista José Blanco para que llegase en 2012. También blandió un recorte de prensa en que el entonces conselleiro de Obras Públicas con Fraga consideraba a Aznar "aval" del AVE en 2010.

La respuesta fue previsible y partió, de nuevo, del apoyo del Bloque al PSOE entre 2004 y 2011. "Seré mucho más exigente con el Gobierno central de lo que eran los nacionalistas con Zapatero", proclamó.

Pontón también exigió una tarifa eléctrica para Galicia para que se beneficie de su excedente en energía eléctrica y exigió medidas contra Gas Fenosa por los cortes de suministro de hasta cinco días debidos al temporal de los últimos días.

Feijóo recurrió al bipartito en su respuesta. Aseguró que la Xunta está evaluando la gestión de la citada compañía para evaluar si es punible y comparó las incidencias con las de la Xunta PSdeG-BNG, que gobernó entre 2005 y 2009. "Durante este temporal hubo cortes en 180.000 puntos de luz, cuando ustedes gobernaban, 500.000", comparó.