El tiempo seco que ha predominado durante la temporada invernal ha propiciado casi 200 incendios en los meses de diciembre y enero. Según los datos de la Asociación de Trabajadores de Incendios Forestales de Galicia (Atrifoga), las cuatro provincias gallegas "han sido pasto de las llamas y con superficies considerables", si bien la actividad incendiaria se concentró especialmente en las comarcas ourensanas de Valdeorras, Viana y Verín.

Las atípicas condiciones meteorológicas de altas temperaturas en pleno invierno -en algunas zonas se alcanzaron los 20 grados-, junto al bajo nivel de humedad con ausencia de lluvia, el viento y las heladas que secaron la vegetación convirtiéndola en combustible inflamable fueron factores propicios para la propagación de incendios en diciembre y enero.

Ourense concentró dos tercios de los casi 200 incendios registrados durante el invierno, sobre todo en el Macizo central y en la zona oriental de Ourense. Desde Atrifoga señalan que alguno de ellos incluso entró en Red Natura. Así, por ejemplo, en Vilariño de Conso ardieron 50 hectáreas, en Carballeda de Valdeorras 37, en A Veiga 20. En el área occidental de la provincia hubo fuegos en O Irixo, donde las llamas afectaron a 10 hectáreas, y también resultaron afectados los concellos de Cartelle, Lobios o Entrimo, adentrándose incluso en el parque natural da Serra do Xurés.

En las otras provincias los incendios más importantes fueron el de Toques (A Coruña), donde ardieron 20 hectáreas; otro en Silleda (Pontevedra), de 10 hectáreas, y en Lugo un fuego registrado en Folgoso do Courel, que calcinó otras 10 hectáreas.

Aunque este invierno está resultando especialmente seco -de hecho, a pesar de los últimos temporales Galicia sigue en prealerta por sequía-, no es excepcional que Galicia se vea asolada por los incendios fuera de los meses de verano.

Fragas do Eume

Así, por ejemplo, uno de los incendios más graves de los ocurridos en los últimos años fue el registrado en marzo de 2012 que asoló el parque natural de las Fragas do Eume arrasando 800 hectáreas y que se registró fuera de la época estival, en el mes de marzo.

Por esta razón, desde Atrifoga, que representa a los trabajadores temporales del servicio de extinción de la Xunta, denuncian que los fuegos se están desestacionalizando y denuncian que la Consellería de Medio Rural prescinde de sus servicios a partir del 30 se septiembre dejando al dispositivo "bajo mínimos".

Tras la campaña de máximo riesgo de incendios, que termina en septiembre, la consellería prescindió de 436 trabajadores con contratos de tres meses y otros 626 empleados por nueve meses.

Falta de medios

"Queda mermado el dispositivo y resulta imposible cubrir los turnos lo que lleva aparejado un riesgo intrínseco", denuncian. "La Consellería desaprovecha un capital humano que sería un gran recurso en las tareas de prevención y protección de la masa forestal gallega", añaden.

A partir del 1 de marzo se volverán a incorporar al servicio de extinción de incendios más de 600 trabajadores fijos discontinuos con el objetivo de "reforzar los trabajos de prevención" antes de iniciarse "la precampaña de la primavera".

Es una medida que se adopta cada año antes de la llegada de la primavera, pero que en esta ocasión se produce tras un invierno especialmente seco, del que la comunidad aún no ha logrado recuperarse totalmente pese a las últimas semanas de lluvias y temporales, de manera que si permanece el bajo nivel de humedad y precipitaciones podría elevarse el riesgo de incendios, que ya fueron numerosos durante los meses de diciembre y enero.

Según explica Medio Rural, estos brigadistas se incorporan "de acuerdo con las necesidades de programación y planificación y en función de las circunstancias climatológicas presentes y previstas". Son empleados nueve meses y permanecerán en el servicio activo hasta noviembre.

Estos bomberos forestales permanecen activos durante un período de nueve meses y pertenecen a las categorías de "jefes de brigada, peones, peones conductores, oficiales de defensa contra incendios, conductores de motobomba, emisoristas y vigilantes".