El tercer peritaje entregado al juez que instruye la causa sobre el accidente del Alvia en Angrois en julio de 2013 sostiene que el análisis de riesgos del tren se realizó "en la forma y empleando los procedimientos establecidos por las normas reguladoras, vigentes en aquel momento", pero identifica el peligro en la línea.

En concreto, se pregunta "cómo es posible" que estuviese permitido circular entre Ourense y Santiago a entre 200 y 220 kilómetros por hora sin disponer "de un segundo nivel de protección que cubra la posibilidad de que el maquinista no atienda en tiempo a la necesidad de frenado y se enfrente a dicha curva a una velocidad muy superior a la máxima permitida".

En su informe, al que ha tenido acceso Europa Press, el ingeniero industrial José Manuel Lamela concluye que la causa del descarrilamiento "fue el exceso de velocidad de entrada" en la curva de A Grandeira, por un despiste del maquinista, que atendía a una llamada del interventor.

Sin embargo, considera "de sumo interés" plantear el "interrogante" relativo a la carencia de "un segundo nivel de protección", con lo que centra la atención en otro subsistema como es la vía de ferrocarril.