En las próximas semanas, el Ministerio de Agricultura tendrá listo el decreto con las medidas de control que deben seguir las áreas devoradas por la polilla para erradicar la plaga que llegó a Galicia, al parecer procedente de Canarias, en el año 2015.

A la espera del documento del Gobierno central, la Xunta aconseja a los productores de las zonas afectadas que este año no planten el tubérculo, ya que allí donde se siembre se destruirá la cosecha en puntos limpios habilitados para tal fin, donde la producción será quemada.

En las campañas de 2015 y de 2016, la Consellería de Medio Rural destruyó casi 7.000 kilos de patata en los concellos infectados por la polilla. Los productores afectados por la destrucción de su cosecha percibieron una indemnización de 0,30 euros el kilo.

La Xunta ya acordó prohibir en 2015 que las patatas cosechadas en los concellos afectados pudiesen sacarse de esa zona para evitar que el insecto llegase a otras áreas. Cuando detectó la primera plantación afectada por la polilla, la Consellería de Medio Rural publicó varias medidas de uso obligatorio tanto para agricultores como para almacenistas. Para combatirla, el Ejecutivo autonómico propuso col ocar trampas con feromona para su captura, usar semillas libres de esta polilla, realizar tratamientos fitosanitarios con productos registrados tanto en el campo como en el almacén, destruir los ejemplares dañados, enterrar las semillas a más de 15 centímetros de profundidad, eliminar las plantas de cosechas anteriores, rotar cultivos, desinfectar el almacén y las herramientas con las que se manipula el producto y seleccionar las patatas antes de guardarlas.