El Banco de Terras de Galicia (Bantegal) es la herramienta que creó el bipartito en 2008 para impedir que las fincas agrarias quedasen abandonadas. Desde entonces las pone a disposición de quienes quieran trabajarlas y actúa de intermediario entre los arrendadores y los arrendatarios. En su arranque contaba con un total de 6.722 parcelas inscritas. En agosto de este año alcanzaron las 12.355. Es decir, casi ha duplicado la cifra en los últimos ocho años.

La superficie ha seguido una evolución similar. Hace ocho años, eran 3.159 hectáreas y el verano pasado, 5.785, lo que supone un crecimiento del 76%. El aumento de terrenos supera el 80%. Sin embargo, desde 2014 el número de tierras que se han incorporado al banco superan el millar, pero las hectáreas apenas han sumado 230 más, según los datos de la Consellería de Medio Rural.

De las más de 12.000 parcelas que se encuentran en la bolsa del Bantegal, unas 2.000 son de uso agrario pero no se pueden arrendar porque su superficie es demasiado reducida. Esta es una de las razones por la que solo un tercio de los solares públicos (2.716) está arrendado o en proceso, mientras que 335 propiedades particulares están en esa misma situación (un 41% de las totales).

La incorporación de fincas al Banco de Terras responde a tres tipos de orígenes: las procedentes de terrenos de masa común de zonas de concentración parcelaria posteriores a 1985, las incorporadas por particulares y las procedentes del convenio con el Ministerio de Hacienda para la gestión de tierras de propietarios desconocidos.

El 91% de las parcelas son de la Axencia Galega de Desenvolvememento Rural (Agader), encargada de la gestión del Bantegal. El 8,7% es de titularidad de terceros, entre el que se incluye un grupo de 88 fincas del Ministerio de Hacienda.

Por provincias, el 40% (5.029) de todos los solares se encuentra en la provincia de A Coruña. Lugo y Ourense poseen el 22,5% (2.780) y 21,1% (2.612), respectivamente, mientras que en Pontevedra hay un 15,7% (1.949).

La provincia de A Coruña es también la que más superficie aporta al Banco de Terras, el 41,8% del total, con 2.419 hectáreas. Lugo tiene el 32,5%, con 1.881, mientras que Ourense cuenta con el 16,4% (952). Pontevedra acoge el 9,3% (540 hectáreas). La superficie media de las más de 12.000 propiedades gallegas es de 0,47 hectáreas. En Lugo es de 0,68; en A Coruña, de 0,48; en Ourense, de 0,36, y en Pontevedra, de 0,28.

Uno de los grandes problemas que le achaca al banco es la lentitud de los trámites. Si es una finca para uso agrícola y solo tiene un demandante, el procedimiento no baja de los tres meses y si es de uso forestal y tiene varios demandantes el proceso supera el medio año.

El Banco de Terras quiere desprenderse de una parte importante de su bolsa para acelerar las gestiones. La gran mayoría de los terrenos son de titularidad pública, pero no todos sirven para uso agrario. La Xunta tiene previsto ceder a los ayuntamientos unas 2.500 parcelas con estas características. El trasvase se realizará previsiblemente a mediados del próximo año tras revisar todas las propiedades y ver cuáles cumplen y cuáles no los fines previstos del Banco de Terras: usos agrícola, ganadero, forestal o mixto. Pero además venderá a particulares otros 2.000 solares que se caracterizan por su reducida superficie. En total, pretende deshacerse de unos 4.500 con lo que se aligeraría la carga de trabajo y así se podría centrar en unas 6.500 fincas públicas.