O se entierra cualquier opción de funcionar como "un partido del régimen" o coalición con intereses de cada una de sus partes y se apuesta por un "movimiento radical" o En Marea se romperá. Esta advertencia figura en las tesis que Anova prevé aprobar en su cónclave del próximo 18 de marzo, de la que saldrá con una nueva cúpula. Previsiblemente sin su fundador, Xosé Manuel Beiras, y más reducida.

La tercera asamblea de la formación nacionalista, que se celebrará en Pontevedra, supone un nuevo momento clave en un tiempo histórico trufado de jornadas D. Beiras, que fundó el partido a partir del Encontro Irmandiño surgido tras su ruptura con el BNG, deberá ceder obligatoriamente su puesto de portavoz al haber sido elegido como miembro de la dirección de En Marea, el partido instrumental del proceso de la confluencia. Su segundo, Martiño Noriega, quiso dejar su cargo tras haber sido elegido alcalde de Santiago, por lo que previsiblemente se renovarán sus dos grandes referentes.

El documento político de base que llegará a la cita constituye una advertencia a los actores del proceso de la confluencia para recuperar sus esencias, la radicalidad en su oposición al sistema actual y la lealtad para enterrar "intereses de parte" en un barco, el de En Marea, en que navegan Anova, Podemos, Esquerda Unida y las mareas locales; en ocasiones, sin la misma hoja de ruta.

"Los espacios de ruptura no pueden retroceder para convertirse en instrumentos electorales. Deben, debemos, recobrar los pulsos y los espacios que dieron lugar a las mareas municipales y a las candidaturas de unidad de las municipales de 2015", señala el documento hecho público ayer por la organización. "Dar pasos atrás es una enmienda a la totalidad de todo lo construido", advierte.

El mensaje se produce en un momento de debate en el seno de En Marea. El 28 de enero se constituyó el Consello das Mareas, el máximo órgano del partido instrumental, pero las diferencias internas todavía no han permitido elegir su ejecutiva.

La paradoja adquiere tintes mayúsculos, pues el documento de la candidatura vencedora, la de Luís Villares, rechaza que el parlamentario sea el líder orgánico, pese a que quienes compitieron contra él apuestan por que él sea también el referente del partido. Mientras, Podemos ha anunciado su intención de reforzarse a nivel local y deja en manos de sus bases reeditar alianza en las municipales de 2019.Las siglas

Anova ensalza el "extraordinario" resultado electoral cosechado tras seis elecciones entre 2012 y 2016 -En Marea lidera la oposición en Galicia, por ejemplo-, pero reconoce "cierta sensación colectiva de ocasión perdida" tras las generales de 2015 y el año pasado y las autonómicas de septiembre con el progresivo aggiornamento de En Marea y la pervivencia de intereses de las siglas que la integran, aunque sin citar a nadie. Eso sí, reconoce los "desencuentros internos" con Podemos y EU en el Congreso, que generaron incluso "bloqueos elocuentes". "La sustitución de los procesos de unidad popular por unas lógicas cerradas de coalición contribuyó a rebajar resultados", colige el análisis.

En Galicia, lamenta una deriva similar. "Pasamos de vernos como la opción de ruptura con lo existente a ofrecernos como opción de gobierno y gestión", reflexiona antes de pedir volver a los orígenes y aprovechar los dos años que restan hasta las municipales de 2019 para potenciar En Marea como "partido-movimiento".

Nueva cúpula

En el terreno organizativo, Anova reducirá su dirección para adaptarse a un tiempo en que debe primar En Marea. Así, su coordinadora pasará a perder 25 miembros para situarse en 50 más otros 11 representantes de los territorios. Su Permanente -el equivalente a una ejecutiva- tendrá entre 12 y 13 y no 21 como ahora.