Con este ritmo aletargado en la vuelta al crecimiento de las hipotecas en Galicia no extraña que los créditos que se amortizan superen de largo a las nuevas operaciones. Las cancelaciones de préstamos para la compra de vivienda ascendieron en 2016 a 12.455, un 23% por encima de las hipotecas formalizadas. Los préstamos con cambios durante el año pasado alcanzaron los 4.237, de los que la inmensa mayoría, 3.551, fueron novaciones: modificaciones del plazo estipulado, del tipo de interés que se abona o del importe para poder aligerar el coste de la cuota para el cliente. Las novaciones en 2009 y 2010, en el estallido de la crisis, rondaban las 15.000.