La Consellería de Medio Rural concretó ayer las medidas y actuaciones que se deberán realizar para erradicar la plaga de la patata que afecta ya a 31 ayuntamientos gallegos de las comarcas de Ferrolterra, Eume, Ortegal y A Mariña lucense.

Entre las órdenes destaca la prohibición desde el pasado 5 de marzo y por "un periodo mínimo de dos años" de cultivar patatas en estos municipios, por lo que hasta marzo de 2019 no se podrán realizar nuevas plantaciones.

También se fija un área de protección de cinco kilómetros alrededor de estos 31 concellos. En esta "zona tapón" hay terrenos de una quincena de municipios: Pontedeume, Monfero, Xermade, Muras, Vilalba, Cospeito, Castro de Rei, Pol, Meira, Ribeira de Piquín, A Fonsagrada.

A los que se unen la totalidad del territorio de As Somozas, Moeche, Cerdido, Cedeira y Cariño.

En ninguno de ellos se prohibe la plantación de patatas, aunque se deberán aplicar medidas de "vigilancia intensiva" y comunicar las parcelas que han sido plantadas.

En cuanto a las indemnizaciones, Medio Rural publicará "en los próximos días" una orden que recogerá las compensaciones para aquellos productores que tuvieran que destruir patata.

Las cuantías se cerrarán en negociaciones con el Ministerio y el Gobierno de Asturias para igualar las mismas.

Hasta el 24 de marzo se abre un plazo para comunicar las parcelas plantadas en las zonas afectadas.

Estas son las medidas más destacadas:

  • Dos años sin plantar. Prohibición del cultivo de patata durante "un periodo mínimo" de dos años a partir del 5 de marzo en los 31 ayuntamientos afectados, así como el levantamiento "en el mayor tiempo posible" y destrucción de las patatas ya plantadas tanto en este año como en anteriores. En ningún caso se podrán almacenar los tubérculos infectados.
  • Prohibida la venta. Se prohibe la entrada y comercialización de semilla dentro de las zonas afectadas. No está permitida la comercialización a granel y, en ningún caso, serán patatas producidas dentro de las zonas plagadas. Es decir sólo está autorizada la patata procedente de zonas libres de la plaga.
  • Transporte a cargo de la Xunta. Los productores serán los encargados de arrancar los tubérculos y después comunicárselo a la Xunta. La Administración asumirá el transporte (en camiones estanco) de las patatas y su destrucción. Medio Rural está elaborando un calendario para la recogida de las patatas en cada ayuntamiento y parroquia.
  • Requerimientos a los almacenes. La Xunta diferencia entre los almacenes de autoconsumo y comerciales, pero en ambos casos deberán entregar las patatas y semillas almacenadas, desinfectar los locales, instalar trampas específicas de feromonas para la pulga guatemalteca y destruir los sacos y cajas que habían estado en contacto con las patatas infectadas o simplemente en la misma estancia. Deberán tener un registro de todas las entradas y salidas que se produzcan en el almacén.
  • Movimientos de patatas. La Xunta fija "restricciones y controles" a los movimientos de patata en los ayuntamientos afectados, donde queda prohibido el "tránsito de tubérculos" a no ser que "se realice bajo control oficial como traslado a los vertederos autorizados". Y recomienda "no comprar grandes cantidades de patata para evitar excedentes".
  • Plantación para uso científico. Sí se podrá permitir de forma excepcional el cultivo dentro de las zonas afectadas por la pulga con fines científicos y de ensayo para el control de la plaga, aunque estas parcelas serán previamente autorizadas y controladas por los servicios oficiales.