Anova se juega su unidad en la III asamblea que celebra mañana y que marcará el relevo de su fundador, Xosé Manuel Beiras, como portavoz. El elegido para convertirse en principal referente orgánico es el diputado de En Marea Antón Sánchez, que lidera la lista oficial y que busca contra reloj integrar a las corrientes críticas para cauterizar grietas y afrontar con cohesión las siguientes fases en el fortalecimiento de En Marea como barco común del nuevo espacio de la izquierda.

Este mediodía concluye el plazo para registrar las candidaturas a la dirección de Anova, que pierde 350 militantes respecto a los 1.200 del cónclave de 2014. El sector oficial tiene ya un esquema de nombres que lidera Sánchez como futuro portavoz e incluye a Beiras -que deja el cargo por su edad y porque previsiblemente formará parte de la coordinadora de En Marea, lo que es incompatible con ser referente orgánico de Anova- y Martiño Noriega, que se borró de la sucesión para centrarse en la Alcaldía de Santiago. También forman parte de esa alineación el diputado de En Marea en el Congreso Miguel Anxo Fernán Vello o Raúl Asegurado, que compartió con Sánchez tareas de coordinación.

La estrategia política dentro de En Marea es la que dificulta el acuerdo con los críticos, representados fundamentalmente por el sector ourensano del diputado Davide Rodríguez, que ya presentó su propia candidatura a las primarias del partido instrumental, pero al que también se ha acercado, por ejemplo, la diputada viguesa Alexandra Fernández. Cuestionan la tesis oficial sobre En Marea, piden anular la referencia a luchar contra la polarización entre nacionalistas y no nacionalistas y reclaman un peso interno que el sector mayoritario considera un deseo de establecer "cuotas".

En el proceso terció ayer Beiras, que en sus redes sociales señaló a Sánchez como futuro portavoz y pidió unidad. "La mano está abierta para que [...] nadie quede fuera", explicó reclamando un acuerdo "de todas las sensibilidades". Él apoyará la que espera sea "lista única".