El buen tiempo y las altas temperaturas en los coletazos del invierno contribuyen a la propagación de incendios. Ayer las llamas devoraron otras 85 hectáreas en tres incendios en los municipios de Quiroga (Lugo), Viana do Bolo (Ourense) y Lobios (también en la provincia ourensana).

En el fuego de Viana do Bolo, la superficie afectada por el incendio forestal se sitúa en unas 35 hectáreas, de las cuales 27 son rasas, según concreta la Consellería do Medio Rural. Al caer la tarde, el fuego, registrado en la parroquia de Sever, fue extinguido.

El otro fuego se produjo en Quiroga. La llamas se iniciaron el viernes por la tarde y 24 horas después pudo ser apagado tras consumir casi 47 hectáreas, todas ellas de monte raso, según los datos aportados por la Xunta. El incendio se originó por el escape de una quema de un particular en la parroquia de Outeiro. En los trabajos de extinción participaron cinco agentes, 11 brigadas, cinco motobombas, una pala y dos helicópteros. Debido al terreno pedregoso, la pala tuvo que entrar por Castilla y León al no haber caminos construidos en este monte privado.

Por otra parte, la pasada medianoche quedó extinguido el fuego que comenzó el viernes en la parroquia de Grou en el municipio ourensano de Lobios. Según las últimas estimaciones de Medio Rural, la superficie afectada fue de cinco hectáreas de monte raso dentro del parque natural Baixa Limia-Serra do Xurés. En las labores de extinción de este incendio participaron dos agentes, tres brigadas y dos motobombas.