Los hoteles siguen siendo el tipo de alojamiento preferido por los turistas que visitan Galicia, ya que un 65% de ellos eligieron esta opción el año pasado. Le siguen, de lejos, las pensiones, con casi un 17%, y los campings, con un 9,6%. Los apartamentos turísticos y las casas de turismo rural ocupan el último lugar, con un 4,2% cada uno. Eso explica que la media de ocupación en los hoteles rondase en 2016 el 41% frente a pensiones, apartamentos y campings que apenas ocuparon la cuarta parte de sus plazas, ya que en estos casos la demanda se concentra solo en los meses de verano y es casi inexistente en el resto del año. Las casas de turismo rural, que hacen su agosto en otoño, ni siquiera llegan a esas cifras y se quedaron en el 19% de ocupación.

Uno de los parámetros a la hora de evaluar la salud del turismo no es solo cuántos viajeros llegaron a la comunidad y la ocupación de los alojamientos, sino también cuánto tiempo se quedan, lo que reporta más o menos beneficios al sector. Según la Xunta, la estancia media en los establecimientos reglados de la comunidad es de 2,04 noches, un 1,7% más que en 2015. Con esta ligera subida se rompe una tendencia de caídas consecutivas en los siete ejercicios anteriores, aunque el dato aún está por debajo de las 2,3 noches de media antes de la crisis.

El estudio de la Axencia de Turismo de Galicia también recoge el número de compostelas que entrega la Oficina del Peregrino en Santiago, que el año pasado aumentaron casi un 6% hasta alcanzar casi las 278.000 certificaciones. De esta forma, se reafirma una tendencia al alza iniciada hace cinco años y además con máximo histórico en 2016 al superar en un 2,1% el resultado del último Xacobeo.