La alerta naranja por nieve decretada ayer y hoy con la que Galicia volvió al invierno en plena primavera llevó a la Xunta a decidir la suspensión del transporte escolar en el 43% de las rutas por ser "más peligroso" que los vehículos particulares en la circulación por zonas de montaña o carreteras resbaladizas. El temporal provocó complicaciones y restricciones en el tráfico en zonas de Lugo y Pontevedra y también al mar con el amarre de la flota por oleaje.

La ola de frío polar dejó sin clase a un total de 7.918 alumnos de Educación Infantil, Primaria y Secundaria de 177 centros educativos gallegos. Ourense fue la provincia con más estudiantes afectados, unos 2.935 de 65 colegios e institutos. La provincia de A Coruña, por el contrario, registró la cifra más baja con 1.360 alumnos que se quedaron sin clase de 14 centros de Ames, Melide, Monfero, Ordes, As Pontes, Santiago de Compostela, Santiso, As Somozas y Tordoia. En Lugo no pudieron acudir a las aulas 1.449 escolares de 48 colegios y en Pontevedra 2.174 de medio centenar.

La Consellería de Educación confirmó que no se han suspendido las clases en ningún centro de la comunidad y que la restricción del transporte seguirá hasta hoy al mediodía cuando se prevé que empiece a remitir el temporal. El conselleiro Román Rodríguez argumentó que cuando se trata de asuntos de seguridad "es siempre mejor pasarse de exceso que de defecto".

Las nevadas complicaron la circulación en carretera de los municipios lucenses de A Fonsagrada, Pedrafita do Cebreiro y Folgoso do Courel, donde equipos de la Xunta intervinieron para retirar nieve de la vía. Según la Consellería de Infraestruturas, los más de 5.500 kilómetros de las carreteras de la comunidad de titularidad autonómica estuvieron abiertos al tráfico.

Lugo fue una de las provincias más perjudicadas por las nevadas, y por eso la Diputación mantuvo activado el plan de emergencia durante la jornada de ayer con la movilización de 46 operarios y 21 camiones quitanieves que se encargaron de acondicionar una treintena de carreteras en la red viaria de la provincia, donde las acumulaciones de nieve oscilaron entre los cinco y los diez centímetros.

En la zona norte de la provincia de Lugo también fue necesario retirar nieve y esparcir fundentes en las vías LU-530, LU-701, LU-703, LU-721, LU-730 y LU-740, a su paso por el municipio de A Fonsagrada, donde trabajaron ocho máquinas quitanieves que esparcieron 28 toneladas de sal y 10.000 litros de salmuera. Los problemas afectaron también a la zona sur de la provincia. La nieve que cayó en las últimas horas obligó a restringir el tráfico para camiones y vehículos articulados en la LU-633, entre Pedrafita do Cebreiro y Palas de Rei. En esta carretera se realizaron labores de limpieza, al igual que en la LU-651, entre Quiroga y Seoane do Courel, donde cuatro máquinas quitanieves repartieron 20 toneladas de sal y 5.000 de salmuera.

En Ourense no se registraron incidencias en el tráfico por el trabajo de las quitanieves de la Xunta junto con las del Ministerio de Fomento en las carreteras estatales. Aún así, se recomendó conducir con precaución en el Alto da Portela (OU-121), el Alto do Casaio (OU-122) y el Alto do Rodicio (OU-536), donde los equipos quitanieves extendieron seis toneladas de sal.

Las nevadas en el interior de Pontevedra causaron acumulaciones de más de cinco centímetros, por lo que en la carretera PO-534, en la localidad de Acevedo, no se permitió circular a los camiones y vehículos articulados entre los kilómetros 17 y 21.

En la provincia pontevedresa el viento fue otro de los protagonistas de la jornada con rachas máximas de 100 kilómetros por hora en las islas Cíes, el valor máximo de toda Galicia, ya que en la mayor parte de la costa atlántica las ráfagas rondaron los 90 km/h.

Aparte de la alerta por nieve en prácticamente toda la comunidad, salvo en la costa, en el litoral el aviso fue también de nivel naranja por olas de más de cinco metros. El fuerte oleaje impidió que salieran al mar las embarcaciones del cerco y de arrastre y la mayor parte de la flota en los puertos de Malpica, Fisterra, Porto do Son, Ribeira o A Guarda. El temporal no afectó, sin embargo, a los mariscadores que faenan en las rías o los pescadores que emplean artes menores. Por eso, no se vio interrumpida la campaña de la captura del erizo en las localidades pontevedresas de A Illa de Arousa, Cambados o Aguiño.

Las intensas lluvias registradas desde ayer no han sido suficientes para que la Confederación Hidrográfica Miño-Sil desactive la prealerta por sequía. El presidente del ente, Francisco Marín, explicó ayer que este año hidrológico ha llovido la mitad de lo habitual. La precipitación acumulada desde el 1 de octubre de 2016 es de 450 litros por metro cuadrado, una cifra muy alejada de los 900 registrados en el mismo periodo el año pasado y de la media histórica.