Según el Plan Hidrolóxico Galicia Costa 2015-2021, la comunidad gallega presenta un buen estado de sus acuíferos y en la parte atlántica, de los mas de 1.400 puntos de muestreo de Augas de Galicia, solo 33 presentaron unos niveles de nitratos más altos de los 50 miligramos por litro permitidos debido a la contaminación por el uso de purines ganaderos en la fertilización de las tierras. De las 18 masas de agua subterráneas fijadas por este documento, estos valores elevados se dan en las masas de agua de A Coruña-Betanzos-Ares-Ferrol, A Costa da Morte, Muros-Noia, Ribadeo, O Valadouro, Ulla, Caldas-O Salnés y O Morrazo-Pontevedra-Vigo-Baiona.

La Xunta destaca que los acuíferos gallegos se encuentran en buen estado, pero ya aclaraban que es necesario completar con análisis que permitan comprobar la evolución en la concentración de nitratos. El impacto de los purines y de los abonos químicos se considera insignificante para la mayoría de los acuíferos, aunque se estima un cierto riesgo en puntos de alta actividad como la comarca de A Limia donde se concentran explotaciones de pollos y cerdos en régimen intensivo.

Por eso, el director de Augas de Galicia, Roberto Rodríguez, anunció a mediados de febrero durante la comisión de Agricultura del Parlamento gallego, el plan de la Xunta para declarar en la comunidad las zonas vulnerables a nitratos para controlar el uso de purines. La Consellería de Medio Ambiente marcará esos puntos y la de Medio Rural será la que tenga que determinar las medidas para controlar los niveles de contaminación provocados por la actividad ganadera.

En esa comisión parlamentaria la Cámara autonómica aprobó también instar al Gobierno gallego que se apruebe el mapa de vertidos en canales del rural -manantiales, regatos y ríos- por parte de industrias de transformación del sector primario para el riego de cultivos, la limpieza de instalaciones o el abastecimiento de agua diferenciando el tipo de vertidos, su impacto y su peligrosidad. La comunidad gallega contaba a finales del año pasado con 7.737 puntos de vertido inventariados en la demarcación Galicia-Costa y, de ellos, 168 se corresponden con el sector primario.

Directiva europea

Desde 1991 existe la Directiva de Nitratos de la UE que promueve el uso de buenas prácticas agrícolas, para reducir la contaminación por nitratos de las aguas debido a excesos de fertilización y riegos. La norma obliga a los estados miembros a desarrollar programas de acción dirigidos a prevenir, controlar, minimizar y mejorar la contaminación de las aguas por nitratos. Los países deben controlar su nivel, así como revisar la designación de zonas vulnerables y la efectividad de sus programas, informando a la Comisión Europea cada cuatro años.

La directiva comunitaria derivó en la normativa española a través de un decreto aprobado en febrero de 1996 sobre protección de las aguas contra la contaminación producida por los nitratos procedentes de fuentes agrarias que obliga a las comunidades a demarcar las áreas de las aguas subterráneas afectadas en cuencas intercomunitarias y la designación de zonas vulnerables.

Destaca el caso de Castilla-La Mancha con la mitad de su territorio marcado como área afectada por nitratos (45,8%). Otras autonomías con importantes superficies declaradas son Cataluña (33,6%), la Comunidad Valenciana (28,9%), Baleares (24,2%), Andalucía (17,5%), Madrid (16,2%) y Aragón (10,1%). La cornisa cantábrica -Galicia, junto con Asturias y Cantabria- no presenta, sin embargo, ninguna designación de zonas vulnerables a estos contaminantes.

En España el valor máximo permitido de nitratos en el agua potable se fijó en 2003 en 50 mg/litro, acogiendo la ley española los criterios en la norma comunitaria sobre la materia. El mecanismo que se introduce para reducir la contaminación producida por nitratos de origen agrario consiste en que todas las comunidades cuenten con un Código de Buenas Prácticas Agrarias (CBPA) que los agricultores podrán poner en práctica de forma voluntaria, cuando no estén en zonas vulnerables. El texto hace referencia a aspectos de la gestión agraria como limitar la cantidad de fertilizantes nitrogenados y de estiércol, restringir su aplicación en algunas épocas, almacenar estiércoles y purines o dejar de aplicarlos en suelos inundados o nevados y apostar por sistemas de riego a presión.Normas autonómicas

En esa línea van las normas autonómicas aprobadas en las autonomías afectadas por el uso excesivo de nitratos que repercute en la calidad del agua, como Andalucía, Aragón, La Rioja o Castilla-La Mancha y en cuyo ejemplo podría basarse el texto que apruebe la Xunta. En sus leyes se insta a los titulares de explotaciones agrícolas en zonas vulnerables a contaminación por nitratos a cubrir cada año una hoja de gestión de fertilización nitrogenada para cada cultivo y presentar un plan de producción y gestión del estiércol ganadero con un resumen mensual de los abonos aplicados. Estas granjas también están obligadas a contar con depósitos para almacenar estiércoles y acreditar que se dispone de superficie agrícola suficiente según la cantidad valorizada como abono.