La marca Galicia vende. Patata de Bergantiños o de A Limia, pimientos de Padrón, ternera, quesos, orujo o licor café con sello gallego son productos estrella por su calidad y procedencia y no se escapan de la picaresca e incluso al fraude para llegar al consumidor.

En los últimos años, los consejos reguladores y las organizaciones agrarias han denunciado irregularidades en el etiquetado de los productos agrícolas y cárnicos e incluso se han destapado fraudes de empresas que comercializan como gallego un alimento que no lo es. Las inspecciones de la Xunta, en colaboración con el Instituto Galego de Consumo, han sacado a la luz anomalías en el etiquetaje de frutas y hortalizas. En los últimos tres años, la Consellería de Medio Rural abrió un total de 66 expedientes sancionadores a operadores que "en la etiqueta, la presentación o publicidad de sus productos hacen referencia a Galicia, cuando se trata de producto foráneo", según detallan desde el departamento que dirige Ángeles Vázquez.

La confusión, el abuso y el fraude en el etiquetaje de los productos llevan al consumidor a comprar un producto pensando que es de categoría y que procede de un lugar que finalmente no tiene ese nivel y tampoco resulta ser de donde dice. En algunas comunidades ya se han dictado sentencias condenatorias a establecimientos por vender alimentos que no se correspondían con la publicidad con que se anunciaban.

Parte de las pesquisas abiertas en Galicia por fraude en el origen del producto afecta a empresas comercializadoras de patata. En algunos de estos expedientes sancionadores abiertos por Medio Rural, el motivo, o al menos uno de ellos, es la utilización en el etiquetaje de referencias a Galicia para vender tubérculos que no forman parte de la Indicación Xeográfica Protexida (IXP) Patata de Galicia.

Patata de Francia

Incluso, según apuntan desde Unións Agrarias, hay puntos de venta en los que se anuncia "patata nueva" y en el origen aparece "Francia". "No son patatas nuevas, las que ahora están a la venta de Francia son patatas de conservación. Ya ha habido condenas a grandes superficies en Andalucía por este tipo de anuncios", advierte José Ramón González, responsable de Agricultura de UUAA.

De los tres últimos ejercicios, 2015 es el que concentra un mayor número de irregularidades en el etiquetado destapadas por Medio Rural. Solo ese año, la Xunta abrió 40 expedientes sancionadores en el sector de frutas y hortalizas, lo que supone el 60% de todas las anomalías detectadas desde 2013. Entonces, la Xunta tramitó un total de 19 expedientes sancionadores y el año pasado, 7.

En los últimos diez años, según apuntan desde Unións Agrarias, han disminuido los casos de fraude sobre el origen de los productos. "Hay al menos un 50% menos que hace una década", reconoce José Ramón González, que atribuye este descenso a la labor de los consejos reguladores de denominación de origen. "Están muy encima, y eso ha provocado -destaca- que hayan aumentando las inspecciones". Sin embargo, para los sindicatos agrarios aunque en los últimos años han aumentado los controles sobre el etiquetado de los productos para que no se comercialice por gallego un producto que no lo es o se emita publicidad engañosa deben aumentar todavía más las inspecciones. "Ya no solo porque se trata de un engaño al consumidor, sino porque esta situación acaba dañando a la marca Galicia", sentencia el responsable de Agricultura de Unións Agrarias.