El Gobierno central ha dado un nuevo impulso al Corredor del Mediterráneo mientras el Noroeste peninsular sigue desconectado con el del Atlántico, un eje ferroviario que atraviesa toda la fachada oeste de Europa para incrementar el tráfico de mercancías entre los puertos.

El ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, supervisó ayer el estado de la infraestructura en el tramo Valencia-Castellón del Corredor Mediterráneo, en el que se ha finalizado la instalación de un tercer carril para posibilitar la circulación por la misma vía de trenes de mercancías de ancho ibérico y los de pasajeros en ancho internacional. De momento, por este trazado están circulando los trenes laboratorio para comprobar el estado de la infraestructura antes de dar paso, en unos dos meses, a la explotación comercial de la línea, con al menos dos frecuencias diarias de AVE entre Madrid y Castellón que permitirán reducir los trayectos entre las dos ciudades en media hora.

Esta modernización se ha realizado con los fondos Conectar Europa, una línea de ayuda comunitaria para renovar los ejes de transporte ferroviario considerados prioritarios. Esta consideración también la tiene el Corredor del Atlántico, que discurre desde Algeciras y el Centro de Portugal hasta la frontera con Francia, pero sin embargo no hay ningún proyecto, ni siquiera solicitud de fondos europeos, para conectar esta infraestructura con Galicia, Cantabria o Asturias y darle así una salida viable a las mercancías generadas en los puertos.