La Xunta se ha marcado como objetivo que Galicia sea "una comunidad libre de abandono de animales" y que tenga una de las legislaciones más avanzadas de la Unión Europea (UE) a favor de la protección y bienestar de las mascotas. Y para ello dio luz verde ayer a una nueva ley que, entre otras novedades, prohibirá los circos con animales salvajes, un veto que ya aplicaban hasta la fecha 70 ayuntamientos y que ahora se extenderá a todo el territorio gallego. No habrá ningún cambio, sin embargo, relacionado con las corridas de toros en Galicia, que podrán seguir celebrándose como hasta ahora.

La nueva Lei de Protección e Benestar dos Animais de Compañía reconoce nuevas obligaciones para los propietarios de mascotas. Así los dueños no podrán sacrificar animales domésticos por su cuenta. El sacrificio de la mascota deberá ser siempre prescrita y efectuada por el veterinario. La norma no endurece, sin embargo, las sanciones recogidas en la anterior norma. Así, los importes de las multas oscilan entre los 100 a 30.000 euros: de 100 a 500 para las infracciones leves, de 501 a 5.000 en el caso de las graves; y de 5.001 a 3.000 para las muy graves. El personal funcionario de la Administración podrá participar en las inspecciones, aparte de los veterinarios.

Además se tipifica como infracción grave no solo el maltrato físico sino también someter a los animales a falta de condiciones higiénicas y sanitarias. Se prohibirán "todo tipo de herramientas que impidan o limitan la movilidad de un animal y le produzcan daños o sufrimientos" y el uso de cadenas deberá adaptarse al tipo de perro. También será obligatorio alimentar a los animales durante el transporte, emplear equipos adecuados en la carga y descarga y se prohíbe llevarlos en maleteros cerrados y sin ventilación, así como atarlos a vehículos de motor en marcha.

No se podrán mutilar a los animales por razones estéticas, es decir, estará castigado cortar las orejas y los rabos a los perros. Los dueños de canes potencialmente peligrosos ya no tendrán que solicitar una licencia municipal por cada animal, sino una por propietario. Al margen de la raza y las características del animal, todos los perros tienen que estar identificados con microchip e inscritos en el Registro gallego de identificación de animales de compañía, una medida con la que se pretende minorar la lacra del abandono. Para lograrlo se apuesta por la creación de hogares de acogida, con un régimen de acogimiento temporal.

Por otra parte, la nueva normativa prohíbe la adquisición de animales de compañía por menores de 16 años, salvo que cuente con autorización de su tutor legal.