Aunque muchos gallegos por cuestiones personales o laborales se han visto obligados a mudarse a otros concellos, a otra provincia e incluso a otras autonomías o a probar suerte en el extranjero, la mitad sigue residiendo en su lugar de nacimiento, en concreto el 55,4%. Superan la media autonómica las provincias de Pontevedra y Lugo con un 60,9% y un 59,8% respectivamente, mientras que se quedan por debajo tanto A Coruña como Ourense con casi un 52%. En el caso de las ciudades, el porcentaje de ferrolanos que siguen viviendo en su ciudad es del 61%, el más alto de las siete grandes urbes. En la lista figuran, por ese orden, Vigo (59,7%) y Pontevedra (57%). Ya por debajo de la media gallega se sitúan Santiago (52,9%), Lugo (50%) y, en el último puesto la ciudad coruñesa, donde el 48% de sus habitantes nacieron en la urbe.

En una docena de ayuntamientos ocho de cada diez residentes son nativos. Se trata de Fisterra, Muros y Mazaricos, en A Coruña; Cervantes, Navia de Suarna, A Fonsagrada, Ribeira de Piquín, Folgoso do Courel y Abadín, en Lugo; Chandrexa de Queixa y Vilardevós, en Ourense; y Rodeiro, en Pontevedra. Apenas son el 4% de los 314 concellos de la comunidad, pero si se les suma el centenar en el que la proporción de vecinos que viven en el mismo lugar que nacieron es del 70% la cifra se eleva al 40%.

La otra cara de la moneda la representan la decena de municipios donde la mayor parte de su padrón la integran personas de otros concellos y los nativos representan menos del 30%.

En el caso de la provincia de A Coruña se trata de la mayoría de localidades del área metropolitana a la que se trasladan muchas personas que trabajan en la ciudad pero que en estas zonas encuentran viviendas a un precio más económico. Los porcentajes más bajos se dan en Culleredo y Oleiros con un 16% de residentes nativos, junto con Cambre (20%), Sada (28%) y Arteixo (30%). En esta lista figuran también Ames y Narón con un 23% y un 29% respectivamente y otros dos concellos de la provincia de Ourense: Barbadás con un 20% y Cibrao das Viñas (30%).

Localidades del área coruñesa como Arteixo, Oleiros y Sada y también la ciudad de A Coruña, compensan la falta de habitantes oriundos del concello con gente de otros lugares del país e incluso del extranjero. De hecho, el porcentaje de foráneos en estos ayuntamientos supera la media gallega del 7,8% y ronda entre el 10% y el 12%.

Pero el lugar que más destaca por el peso de su población extranjera es el concello ourensano de Avión, la mayoría emigrantes retornados que después de hacer las Américas y pasar su vida trabajando al otro lado del charco quieren pasar la jubilación en su Galicia natal. Lo mismo ocurre en Oímbra, Carballeda de Valdeorras o Entrimo, también en Ourense junto con A Lama (Pontevedra) con un 19% de extranjeros. Con un porcentaje de personas procedentes de otros países por encima del 10% aparecen también el municipio coruñés de Ames y Monforte (Lugo). Destaca el número de casos de este tipo en Ourense con la capital, Lobios, Boborás, O Carballiño, Barbadás, Cibrao das Viñas, A Bola, Celanova, Padrenda, Quintela de Leirado, Ramirás, A Rúa, Verín, A Gudiña, A Mezquita y Salvaterra.

Otra quincena de ayuntamientos destacan por lo contrario donde los extranjeros representan menos del 2%. Es el caso de Irixoa, Monfero, Mesía, Santiso y Sobrado, en A Coruña; Cervantes, Pedrafita do Cebreiro, Baleira, Trabada, Ribeira de Piquín y Abadín, en Lugo; Muras y San Xoán de Río, en Ourense; y Dozón, en Pontevedra.