Por primera vez en los últimos cuatro años, las cuatro diputaciones gallegas han metido tijera a la partida que dedican a pagar las nóminas de sus trabajadores.

No ha sido mucho, un 2,3% menos que el año pasado, pero es la primera vez que aplican recortes en los salarios de su plantilla desde 2012.

Pese a este descenso, el capítulo previsto en gastos de personal aún absorberá el 28,3% de sus presupuestos, una décima menos que un año antes.

En 2016, los cuatro entes provinciales dedicaron 139 millones. En 2017, serán 135,8. Pese a la caída es más elevado que en 2012, 2013, 2014 y 2015.

La rebaja de las remuneraciones durante este año viene de la mano de la ligera caída (0,5%) de sus presupuestos totales.

En 2016 había sido la primera vez, tras cinco años de ajustes, que habían subido, pero en 2017 han vuelto otra vez a caer.

Para el actual ejercicio han aprobado un montante conjunto de 490,3 millones, frente a los 492,9 de un año antes. También es mayor que en los ejercicios 2011, 2012, 2013, 2014 y 2015.

Casi tres de cada diez euros de los que disponen las cuatro diputaciones gallegas para el actual ejercicio se destinarán a abonar las nóminas de sus empleados. Es la partida más elevada de todos los gastos.

Pero no todas se han comportado de la misma manera. Este capítulo ha bajado en dos de ellas, ha subido en una y se ha mantenido en otra.

La Diputación de Pontevedra es la que dedica la mayor partida, aunque es la de Ourense la que absorbe una mayor parte del presupuesto.

La corporación presidida por Carmela Silva ha reservado para este año 43,3 millones frente a los 42,6 de 2016. Es la única que ha subido los gastos de personal y lo ha hecho por tercer año consecutivo. Este balance la coloca en niveles de 2010.

En cuantía total le sigue la de A Coruña con 39,3 millones, frente a los 39,8 de 2016. En los tres ejercicios anteriores la cantidad siempre había aumentado.

Tercera es la de Lugo, con 24,1 millones (27,5 en 2016). Llevaba también tres años de incrementos. Estas dos últimas han sido las que han rebajado los salarios.

La de Ourense mantiene los 29,1 millones de un año antes y acumula seis en los que no ha subido esta partida.

El esfuerzo presupuestario que tienen que realizar para pagar a sus empleados los cuatro entes provinciales no es el mismo.

La de Ourense es la que más se gasta en salarios, el 37,7% del total. Les siguen las de Lugo y Ourense, ambas con el 28,4%, y en cuarto lugar, la de A Coruña, con el 22,2%.

El presupuesto conjunto de las cuatro diputaciones en 2017 ha bajado un 0,5% con respecto al año anterior. Pero al igual que con los salarios, cada una se ha comportada de forma diferente.

Dos han aumentado sus gastos totales y las otras dos los han rebajado. En el primer grupo están las de A Coruña y Pontevedra -también son las que cuentan con un presupuesto mayor-. La primera lo ha subido un 0,5% (de 175,5 millones a 176,5) y la segunda, un 2,2% (de 151,9 a 152,4).

En la de A Coruña, que lleva seis años con el presupuesto más alto y que a probó las cuentas en noviembre con los votos a favor de PSOE, BNG, Marea Atlántica, Compostela Aberta y Alternativa dos Veciños, es el quinto año de subidas y vuelve a niveles de 2011.

Y en la de Pontevedra es el sexto ejercicio al alza y también alcanza un presupuesto similar al de 2010. El diputado de Economía e Facenda, Carlos López Font, calificó el presupuesto de esta institución de "el mejor de la historia", que continúa la línea de "la transparencia, sin caciquismo ni clientelismo", además de "respeto a la autonomía municipal".

En el segundo grupo están las de Lugo, con una caída de su presupuesto del 3,9% (de 87,8 a 84,4 millones) y Ourense, con un 0,9% menos (de 77,7 a 77).

La Diputación lucense, que ha sido la última en aprobar sus cuentas y que lleva cinco ejercicios sin aumentar la partida, explicó que el recorte se debe a la liquidación de la deuda de la Xunta por la transferencia de los hospitales -la institución provincial dejará de percibir 3,7 millones anuales- y por la reducción en la retención a los ayuntamientos debido a la recaudación de impuestos, que el gobierno provincial bajó del 3% al 1%. Es el presupuesto más bajo desde 2004.

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