El lehendakari, Íñigo Urkullu, no escondió ayer su satisfacción por el acuerdo que su partido, el PNV, selló con el PP para darle su apoyo a los presupuestos del Estado. A cambio, Euskadi consiguió 3.400 millones de euros en inversiones, rebajar 540 del cupo de este ejercicio y otros 1.400 para cerrar la discusión sobre la deuda estatal de años pasados. "No es solo por la lluvia de millones, estoy contento por el fuero y el huevo", declaró ayer, con un dicho que alude a la necesidad de defender lo que se considera justo.

El pacto que los populares necesitaban para darle luz verde a las cuentas de 2017 y garantizar al menos dos años de legislatura de Mariano Rajoy supone el deshielo de su relación con el PNV, tradicional socio de PP y PSOE cuantos estos gobernaron en minoría. Urkullu celebró el apretón de manos por beneficiar a su comunidad. Supone, dijo, "un refuerzo de la bilateralidad y del autogobierno singular" de Euskadi -donde el PNV gobierna con los socialistas-, que redundará "en el bienestar de los vascos".

Urkullu también quiso rebajar los adjetivos cuando se le preguntó si el voto de los cinco diputados del PNV a favor de los presupuestos suponía "arrancar" al Gobierno central 4.000 millones en total. "No es cuestión de arrancar, sino de defender la interpretación del cupo como herramienta, la Ley del Concierto y el sistema bilateral", matizó el dirigente, que, por cierto, mantiene una cordial relación con su homólogo gallego, el popular Alberto Núñez Feijóo. Este reconoció que adelantó las dos últimas citas electorales en Galicia para hacerlas coincidir con las vascas y que en ambos casos ambos dialogaron sobre esas fechas.

También mantiene "comunicación" Urkullu con Mariano Rajoy, pese a no haberse reunido con él. Según varios medios, el presidente del Gobierno se involucró personalmente en las negociaciones con el PNV.