Galicia no quiere seguir descolgada del denominado Corredor Atlántico, una línea ferroviaria de mercancías considerada prioritaria por la Unión Europea y que recibe fondos comunitarios para impulsar su desarrollo y potenciar el transporte entre el sur de la Península Ibérica y toda la fachada oeste de la UE. En los actuales planes, el trazado arranca en Sines (Portugal) y llega hasta la frontera francesa, dejando fuera a Galicia, Asturias y Cantabria. En este escenario, la Xunta pretender darle un vuelco, que pasa por forzar un cambio en el diseño, y para ello reclama al Gobierno central que impulse el próximo año ante Bruselas una revisión del corredor para incorporar a Galicia a este eje ferroviario de mercancías.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, así lo avanzó en la reunión en Braga (Portugal) del plenario de la Comunidad de Trabajo Galicia-Norte de Portugal, de la será el máximo responsable durante los próximos tres años. En su intervención, comentó que esta reivindicación ya la había planteado en el pasado y que ahora la ha vuelto a gestionar. "Demandamos que al Gobierno que impulse en la revisión en 2018 de la red de transporte de europea que el Corredor Atlántico entre con fuerza en el Noroeste peninsular", declaró Feijóo. Este mismo planteamiento, según precisaron fuentes de la Xunta, también será trasladado por el Norte de Portugal a su respectivo Gobierno.

La propuesta deberá partir del Ejecutivo español para que la UE acepte el cambio del diseño. La demanda gallega, de la que Feijóo no dio más detalles, supone la conexión ferroviaria con los puertos (que ahora no existe) y la renovación completa y electrificación de la línea interior de Galicia que sale de la comunidad por Monforte hacia León para comunicar con el Corredor Atlántico y de ahí posibilitar la salida de las mercancías, sobre todo tráfico de contenedores, hacia Europa por la frontera de Hendaya. La línea interior gallega está completamente obsoleta y solo capta el 1% de todas las mercancías que tienen Galicia como origen o destino debido a su falta de eficacia.

Pero esta no fue la única reivindicación que Feijóo sobre ferrocarril. Ante la cumbre hispano-lusa que se celebrará los días 29 y 30 de este mes, la Xunta y el Norte de Portugal plantearán a sus respectivos gobiernos un nuevo impulso a la línea Vigo-Oporto, actualmente en proceso de electrificación. En todo caso, esta demanda sería para considerar a partir del año 2020, que es cuando se inicia el nuevo periodo presupuestario de la UE.

En su discurso, el presidente de la Xunta desgranó los objetivos que se marca para su mandato, que serán trasladados a los respectivos gobiernos con vistas a la cumbre de finales de mes. Entre ellos, intensificar el programa de intervención ante emergencias transfronterizas, intercambiar información meteorológica para luchar contra el cambio climático, potenciar el interés por el Laboratorio Ibérico Internacional de Nanotecnología de Braga, mejora la comunicación entre los dos territorios sobre infecciones, potenciar el turismo a través del patrimonio cultural y el Camino Portugués de Santiago o avanzar en la conexión gasística entre Portugal y Galicia.

Todo ello, dijo Feijóo, se deberá realizar con "competencia leal y cooperación honesta" como líneas maestras y también con "unidad" de acción. En un momento en que diversas empresas que apuestan por nuevas inversiones eligen el Norte de Portugal por sus incentivos, sobre todo de suelo industrial, frente a Galicia, el presidente de la Xunta alegó varias veces a la "competencia leal", como hiciera el pasado mes en una visita oficial a Oporto.