La jornada de paros convocada para ayer en toda España por la Asociación de Examinadores de Tráfico (Asextra) con el apoyo del sindicato CSIF ha sido secundada por más del 90% del colectivo -en Galicia de casi el 100%- y ha obligado a suspender 7.000 pruebas prácticas, cientos de ellas en la comunidad gallega.

Asextra ha convocado el paro ante la "asfixiante" falta de personal y en protesta por lo que consideran un incumplimiento de las promesas de la administración tras las manifestaciones de hace casi dos años. Los trabajadores se concentraron ayer al mediodía ante la Secretaría de Estado de Función Pública. CSIF informó de que la convocatoria "ha sido un éxito" al ser secundada por más del 90% de la plantilla. Subrayó, además, que, teniendo en cuenta que no se han establecido servicios mínimos, el paro provocó que se suspendiesen más de 7.000 pruebas prácticas en toda España, lo que supone que "prácticamente no ha habido circulación de vehículos en los centros de la DGT ni, por tanto, exámenes". Desde Tráfico esperan que "se solucione" el conflicto y aseguran que desde la DGT "poco pueden hacer", dado que las competencias para aprobar el aumento de la retribución que reclaman los examinadores y el incremento de trabajadores dependen del Ministerio de Hacienda y Función Pública. De hecho, señalan que los compromisos asumidos por la DGT en el acuerdo suscrito con los examinadores en 2015 "se han cumplido", incluido el de incrementar la protección de los examinadores de las pruebas prácticas de conducir en el momento de comunicar el resultado a los examinandos.

PSOE y Podemos calificaron de "justas" reivindicaciones del colectivo de examinadores de tráfico. El presidente de Asextra, Joaquín Jiménez, trasladó ayer a los representantes de ambos grupos parlamentarios la mala situación en la que se encuentra el colectivo, que se enfrenta a una situación laboral "penosa" y es objeto de constantes "agresiones físicas y verbales" por parte de los examinados.