Muy pocos sectores se han escapado de los embates de la crisis en Galicia. Uno de ellos ha sido el apícola. Las abejas y la miel fueron un buen refugio económico en los primeros años de la recesión y ahora se han convertido en una fuente de ingresos para muchos gallegos "Hay gente que está viviendo perfectamente de la apicultura en Galicia", reconoce Esther Ordóñez, presidenta del Consejo Regulador de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Mel de Galicia.

El carácter no profesional de la mayor parte de los apicultores gallegos, que son aquellos cuyas explotaciones poseen menos de 150 colmenas, ayudó a soportar mejor la crisis. Ahora, la llegada de la recuperación ha provocado que aumenten las explotaciones, pero sobre todo el número de colmenas. "Se está profesionalizando el sector, porque está entrando gente nueva y hay mucho relevo generacional", explica Xesús Asorey, secretario técnico y portavoz de la Asociación Galega de Apicultura.

Cuando comenzó la crisis en 2008, en Galicia había 3.437 explotaciones apícolas. Ahora son 3.915. El aumento en la última década es del 13,9%. Pero donde ha habido un incremento mayor ha sido en el número de colmenas: en 2008 había 91.559 y el pasado mes de abril se contabilizaron 157.068. Un 71,5% más. Si a comienzos de la crisis cada explotación contaba de media con 26 colmenas, ahora tienen 40.

"Aumenta el número de explotaciones y son más semiprofesionales y profesionales. Es decir, las explotaciones tienen más colmenas y dejan de ser solo para el autoconsumo", recuerda Esther Ordóñez. "Las nuevas generaciones buscan un medio de vida con las abejas, aunque nosotros siempre decimos que es mejor que sea un complemento a otras actividades", apunta Asorey.

"Antes, las abejas se tenían como tradición, como un hobby para tener miel en casa para el autoconsumo pero ahora se ve como una forma de ganar dinero", ratifica Ordóñez.

Para corroborar este aumento del profesionalismo, un dato: si en 2010 había 63 apicultores gallegos con más de 150 colmenas, ahora el número se ha duplicado y pasa de los 140.

¿Y por qué este boom de la miel gallega? Porque si cada vez hay más gallegos que buscan en el sector apícola una forma de ganarse la vida es porque hay demanda. "Toda la miel que se produce en Galicia se vende, sobre todo si está bajo el sello de Miel de Galicia", asegura Esther Ordóñez. Asorey confirma que no hay problemas de comercialización y que toda la miel que se produce tiene salida.

Detrás del aumento de consumo de la miel gallega está su calidad, lo que se traduce en que cada año se exporten entre 700 y 1.000 toneladas, principalmente a Alemania y Francia. Es casi la mitad de la producción anual de la comunidad.

"La miel de Galicia es de excelente calidad. Eso explica la gran demanda que hay", reconoce el portavoz de la Asociación Galega de Apicultura. Y también ayuda que "el Consejo regulador de Miel de Galicia está valorizando cada vez más el producto", apunta Esther Ordóñez.

Recientemente se ha hecho un estudio que comparaba el valor nutricional y las características de la miel de Galicia con las bases de datos que existen de miel a nivel mundial. Y las conclusiones fueron que la miel dgallega tiene más vitaminas y más minerales que el resto.

Además de la buena calidad del producto, el sector apícola gallego fue uno de los pocos que se salvó de la crisis y en la comunidad no se notó en exceso la recesión porque la miel no solo se consume como un edulcorante sino que los consumidores ven en la miel un producto beneficioso para la salud, afirma Esther Ordóñez. "No notamos la crisis ni notamos la bajada de consumo, porque aunque no es un producto de primera necesidad sí que se sigue consumiendo porque aporta muchos beneficios para la salud", asegura.

Al contrario que otros sectores, como el lácteo, en el que el precio al que se vende la leche no da en muchos casos para pagar los costes de producción, el apícola no tiene ese problema. "Los precios están bastante bien", confirma Xesús Asorey.

"Ahora mismo están pagando mejor la miel de Galicia que en otras partes de España. La miel en el sur de España este año la llegaron a pagar a 3,20-3,40 euros. Aquí se siguió pagando a 3,80-4 euros más IVA. Hay una diferencia importante", relata Ordóñez. Con estos precios, además de cubrir los costes, se puede ganar dinero sobre todo si se tienen muchas colmenas.

Los expertos destacan que en la comunidad se mantienen los precios y no bajan, como en el resto de España, por la alta demanda de miel gallega que hay. Hay más demanda de miel -sobre todo si cuenta con la denominación de Miel de Galicia- que oferta.

Pese a la época de bonanza, la apicultura gallega también tiene retos por delante: mayor profesionalización del sector, más apicultores que puedan vivir de la miel y que se realice un estudio profesional sobre las propiedades de la miel de Galicia.

Por provincias, Ourense ha pasado a liderar la clasificación y ha desbancado a Lugo. Desde 2010, el número de colmenas en la primera aumentó un 136% (de 29.654 a 70.208 del pasado mes de abril). Por el contrario, en la segunda creció un 25% (de 36.397 a 45.760). En Ourense la apicultura está más profesionalizada, la flora es más extensa y ha tenido menor impacto la avispa velutina.

Pontevedra, que era la que tenía menos colmenas en 2010 (10.562), ha duplicado su cifra hasta las 22.055 y pasa a la tercera posición por delante de A Coruña donde el número de colmenas se incrementó un 56%. El impacto de la avispa velutina está detrás de que la subida no haya sido mayor.

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