Los socialistas esperan que el proceso de primarias ponga punto y final a la crisis sin precedentes del partido y marque el inicio de una nueva etapa en la que todos remen en la misma dirección. "Las primarias nos han dividido más", advierte el líder del PSOE en la provincia de A Coruña. Pero a partir de ahora, asegura Sacristán, "empieza un nuevo partido y hay que jugarlo entre todos". Atrás queda, según define, el "reino de taifas" en el que se había convertido el partido. "Esto hay que finiquitarlo y recuperar la disciplina", reivindica.

-A Coruña fue la única provincia gallega en la que el PSOE pactó una lista para el congreso federal. ¿Qué lectura hace de esta unidad en la elección de delegados para refrendar a Pedro Sánchez como secretario general?

-La candidatura de Pedro Sánchez tuvo una victoria importante en la provincia de A Coruña. Si nos atenemos a los resultados no sería necesario ir a una lista unitaria para tener una representación importante en el congreso, pero las directrices que se marcaron fue que la victoria hay que administrarla y ser generosos. El objetivo número uno es la integración de todos para luchar conjuntamente y sacar al partido de la situación en la que se encuentra. Ahora comienza un nuevo partido. Y hay que jugarlo entre todos y alcanzar los máximos acuerdos para que estas divisiones que provocan en muchas ocasiones las primarias no tengan trascendencia a la hora del trabajo diario.

-A la vista de la confección de listas, en Pontevedra, Lugo y Ourense no parecen estar dispuestos a jugar el partido entre todos.

-Quizás faltó serenidad, tranquilidad y tener la sensibilidad de que todos somos necesarios, independientemente de quién ganara. A veces, los personalismos perjudican. Faltó humildad de algunos compañeros. Hay que agotar todas las vías de diálogo; en A Coruña fuimos capaces de hacerlo. Aunque se pueden generar injusticias porque hay compañeros que se volcaron en las primarias con Sánchez y no han podido estar en la lista. Pero los puestos son los que son, 20, y no se pueden hacer milagros.

-Ese malestar vino por colocar en puestos de salida a representantes que se quedaron al margen de las primarias como el presidente de la Diputación y alcalde de As Pontes.

-Hubo unas primarias, terminó el proceso y a partir de ahí estamos en otra situación en la que tenemos que ser capaces de articular la ponencia política, económica, los estatutos... Va a haber un cambio importante en la organización del partido. También tiene que haber referentes que puedan aportar ideas a esos cambios. En temas de administración local, lo lógico es que vayan algunos alcaldes y presidentes de Diputación. En un partido hay dos tipos de referentes. Están los orgánicos, que ganan muchas votaciones internas pero no son líderes sociales. Y otros, sin ser líderes orgánicos, ganan las elecciones. Tiene que haber una mezcla de estos dos tipos de referentes. La lista de A Coruña integra estos perfiles.

-Uno de esos líderes sociales es Abel Caballero. ¿Qué papel cree que jugará el alcalde de Vigo en el nuevo tablero del PSdeG tras comprobar que no pudo concitar la mayoría que esperaba en su apuesta por Susana Díaz?

-Él ha declarado que está al servicio del secretario general. Lo que ha ocurrido en la lista de Pontevedra lo desconozco en profundidad. Lo que está claro es que Caballero es un extraordinario alcalde y además es el presidente de la FEMP. Algo tendrá... Otra cosa es que la opción que apoyaba no era la mayoritaria dentro del partido. Y ya le dijimos que se equivocaba.

-Pero los personalismos juegan en contra del partido.

-Él [Abel Caballero] tuvo una actitud que no nos gustó a nadie. Y prueba de ello es que sus intentos de cambiar la gestora gallega no fructificaron. La línea que representa Abel Caballero no es la mayoritaria en Galicia. Eso no tiene nada que ver con que pueda jugar un papel, el que le corresponda y los compañeros le otorguen en el próximo congreso gallego y en la elección a la Secretaría Xeral de Galicia.

-En otoño admitía la división "profunda" que había en el PSOE y solo veía dos caminos: alcanzar un pacto interno o la desaparición del partido. Tras el proceso de primarias, ¿da por superada la crisis interna o quedan muchas heridas por cerrar?

-La estrategia la va a marcar el próximo congreso federal. Cuando concluya, que yo creo que va a terminar bien y con gran acuerdo, eso se trasladará a las comunidades autónomas. Independientemente de que pueda haber heridas sin cerrar, todos vamos a hacer un gran esfuerzo para que esa situación no se reproduzca y alcancemos una ejecutiva gallega ampliamente respaldada por los militantes del partido. Estas primarias han sido excesivamente largas y nos han divido innecesariamente, más de lo que estábamos. Hay que cambiar el chip y ponernos a trabajar a favor del partido.

-Organizaciones que campan a sus anchas, problemas ideológicos y organizativos sin resolver? Esto marcó la etapa más reciente del PSdeG. Su objetivo es recuperar esa disciplina de la época de Alfonso Guerra. ¿Cómo lo harán?

-Lo primero que tiene que haber es una dirección. Eso se traslada a las agrupaciones. No se sabe quién manda, a quién hay que hacer caso, qué es lo que defendemos. Cada agrupación ha sido un reino de taifas que ha hecho a su antojo. Eso hay que finiquitarlo y volver a la disciplina de partido. Y sobre todo, hay compañeros que se dedican sistemáticamente a insultar a otros en las redes sociales porque no coinciden los planteamientos. Estatutariamente hay que cambiar eso para que estas situaciones no se produzcan; y quien insulte, falte al respeto o transmita mentiras de compañeros a través de las redes se le abra expediente automáticamente. Para algunos sí existe esa disciplina, para otros no. No se actúa con un criterio racional, sino en función de la amistad o no que se tenga. Eso hay que cambiarlo.

-¿Esos cambios pasan también por la renovación de caras y la retirada de la primera línea de cargos tóxicos para el PSdeG?

-Claro. Hay manifestaciones que se han hecho en los últimos meses que son intolerables. Y no se ha hecho absolutamente nada. Son todos conocidos, están en las redes sociales. Siempre llamo a esa unidad y al diálogo, y no andar por las redes sociales que lo único que se hace es enconar las situaciones y no resolverlas. La solución viene por el diálogo y el trabajo en el partido. Las redes sociales no conducen más que a generar más problemas de los que hay.

-¿Toca esperar a septiembre para el congreso autonómico o aún confía en un adelanto a julio?

-Todavía no está cerrado. Igual que en otros sitios se plantea hacerlo en julio, aquí también. Porque si en otros lugares hay razones para hacerlo, también en Galicia, que llevamos mucho tiempo sin dirección.

-El proceso de primarias ha evidenciado una pugna entre norte y sur. ¿Se repetirá esta polarización en la carrera a la Secretaría Xeral del PSdeG, con un valor al alza como el alcalde de As Pontes y otro emergente como Gonzalo Caballero?

-Creo que no va a haber esa pugna norte-sur. Abogo por que se superen esas situaciones. Se debe buscar una persona integradora y de consenso y que no se haya significado con los enfrentamientos que ha habido últimamente. Sería malo para el partido un candidato que polarizase de nuevo el PSdeG.

-Valentín González sonó en las quinielas para dar el salto a la política autonómica. ¿Lo ve como el candidato idóneo para tomar las riendas de la Secretaría Xeral?

-Todavía está muy verde este tema. Saltan nombres y rumores pero no hay nada. Todos los compañeros son válidos. Admiro a todos los que den el paso y todos van a contar con mi apoyo. Luego ya decidirá la militancia. Todavía nadie ha decidido presentarse como candidato a secretario xeral. Es lógico. Se estaba esperando a ver qué ocurría en las primarias y ahora, en el congreso federal. A partir de ahí habrá ya candidatos que den el paso.

-¿Cómo valora la actuación de Cancela en estos tiempos tan convulsos para el PSdeG?

-Ha cumplido su papel mientras tuvo competencias. Cuando se las han quitado no ha podido hacer nada, más que aguantar. Ha dado muestras de que tiene talla. Cualquier otro hubiera tirado la toalla, sin embargo ella aguantó. Porque lleva muchos años militando en el partido y consideraba que debía mantener esa estructura y ese trabajo diario que debe hacer el partido. Aunque hemos perdido iniciativa política, porque tampoco se ha dejado.

-¿Su actuación la avala y refuerza como potencial candidata a la Secretaría Xeral?

-Puede ser candidata, igual que Valentín y los demás. Cualquier militante puede serlo. Otra cosa es que se obtenga el respaldo de los compañeros.

-¿Coincide con Cancela en que debe hacerse desde grupo parlamentario un discurso más duro?

-El grupo parlamentario está haciendo un buen trabajo. Hay que tener en cuenta que también necesita una dirección política que no ha habido, porque no se ha podido ejercer.

-En vísperas del congreso federal del PSOE se debatirá la moción de censura de Podemos. El PSOE, ¿dirá no o se apuesta por la abstención?

-Hay que decir no. No se puede plantear una moción de censura como si fuera un juego de niños. Estamos hablando de la gobernabilidad de un país. Con las formas y el fondo no se pretende cambiar el Gobierno, sino estar en los medios de comunicación porque habían perdido fuerza y es una manera de volverse a reivindicar. Está mal planteada. La moción de censura se debe presentar con un mínimo de garantías de que se puede ganar, no de esta manera. Incluso hay gente dentro de Podemos que no está de acuerdo con las formas. No estamos hablando de una moción de censura en un ayuntamiento, sino que estamos hablando del Estado y de la gobernabilidad de un país.