Una de las propuestas de la FEMP se limita a una reforma parcial del impuesto de plusvalía municipal. El punto de partida para calcular la plusvalía seguiría siendo el valor catastral, pero para fijar la base imponible ya no se utilizarían los porcentajes actuales sino que un "coeficiente de variación del mercado inmobiliario del suelo", elaborado a partir de un "organismo oficial" -en referencia al Catastro-. Este coeficiente sería renovado cada año y se incluiría en los Presupuestos del Estado. No alude sin embargo a las ventas con minusvalías debido a dificultades económicas del propietario.