El alcalde de Santiago, Martiño Noriega, acusó ayer al Partido Popular, principalmente a sus representantes locales, de "echar gasolina al fuego" en relación a la cuestión de los okupas, así como de "jugar" de forma "partidista" con un tema "sensible".

Noriega criticó las declaraciones realizadas por representantes populares municipales sobre el desalojo de un edificio en el casco histórico de la ciudad, así como la actuación municipal y los disturbios vividos tras una manifestación la pasada semana.

El regidor compostelano les acusó de "echar gasolina al fuego" y de "no facilitar lo que debe ser una labor institucional responsable". "Actitudes como la suya están interesadas en otro tipo de rentabilidad política y no en que la ciudad esté tranquila", dijo.

El regidor acusó a los populares de decir "literalmente mentiras" durante los pasados días en relación a esta cuestión, les afeó "no entender el lugar que ocupan en el ayuntamiento" y les pidió que sean "responsables" en su labor de oposición.

"Un partido en una institución está legitimado para discrepar, pero no para echar gasolina al fuego y actuar como delegados del partido en la institución", dijo Noriega, que se negó a "retroalimentar" sus "perjuicios".

Para el alcalde, los populares compostelanos "confunden el hacer oposición al gobierno con hacer oposición a la ciudad".