La recuperación que el mercado inmobiliario gallego inició el año pasado tras la crisis del ladrillo parece no consolidarse en Galicia y este ejercicio ha frenado su tendencia ascendente. Los gallegos que se animan a invertir en un hogar propio se decantan en su mayoría por pisos de segunda mano, lo que ha provocado un retroceso importante de la obra nueva. Los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) así lo demuestran, ya que de las 1.133 compraventas de viviendas realizadas en abril en la comunidad, solo 302 -apenas el 26%- se corresponden con inmuebles nuevos. Su peso frente al total de operaciones es el más bajo de toda la década, con 18 puntos menos respecto a 2007. De hecho, en ese año, de todas las viviendas que se vendían, el 44% eran a estrenar, alcanzando máximos del 64% en los dos años siguientes. Además, mientras que el número de ventas de casas se redujo un 46% desde el pinchazo inmobiliario -de los 2.118 contratos hace diez años a los 1.133 del pasado abril,-en el caso de la obra nueva el descenso alcanza el 68%, de 948 a 302 operaciones.

La vivienda usada, por el contrario, ya supone siete de cada diez transacciones realizadas en la comunidad, casi 20 puntos más que el 55% que representaba el año pasado respecto al mercado total. La leve mejoría del sector inmobiliario se debe precisamente a los pisos de segunda mano que siguen creciendo con un 1% más de compraventas el pasado abril, hasta las 831, a la vez que las de viviendas sin usar cayeron un 38%, con casi 200 operaciones menos en solo un año. Por otra parte, los pisos de protección oficial tienen un peso anecdótico con un 4% del total con 83 transacciones. Las 1.050 restantes son -el 92%- de vivienda libre. Los contratos de inmuebles protegidos bajaron un 48% y las de vivienda libre un 23%.

El total de operaciones en Galicia se redujo en más de un 13% en comparación con abril de 2016, lo que supone casi cinco puntos más que el 8,6% de la caída de la media estatal. La evolución del mercado inmobiliario es diferente según cada provincia. Así, el descenso a nivel autonómico se debe en gran parte a los resultados de la provincia coruñesa con un 28% menos de compraventas en un año, al pasar de 661 a 400. También se reducen las transacciones en Ourense, aunque la caída es más suave, en concreto de un 15% hasta las 110, nueve menos que el ejercicio anterior. Lugo y Pontevedra, por el contrario, mantienen su tendencia ascendente con un 9% y un 2% menos de operaciones respectivamente: 157 en la provincia lucense y 380 en la pontevedresa. En el conjunto de España, Galicia ocupa el octavo puesto en cuanto a la variación anual de compraventas. Los descensos más pronunciados se dieron en La Rioja (-29,6%), Navarra (-20,6%), Murcia (-18,1%), Comunidad Valenciana (-17,4%) y Castilla y León, Castilla-La Mancha y Baleares, con caídas de más del 14%. En todas ellas los resultados son peores que en la comunidad gallega. Las ventas de inmuebles solo crecieron el pasado abril en tres autonomías: Asturias (+11,5%), Cantabria (+7,1%) y Canarias (+5,4%).

El INE también publicó ayer la evolución del precio de la vivienda libre. Pese a la caída de las compraventas, las tarifas en la comunidad gallega crecieron un 1,3% en el primer trimestre del año. En el caso de la vivienda nueva la subida del precio fue del 2,6%, mientras que en la de segunda mano, el alza interanual fue del 1%. Aunque la evolución es positiva en todas las autonomías, Galicia es la tercera en la que menos suben los precios y registra cuatro puntos menos que el 5,3% de incremento a nivel nacional.