Aunque ya han pasado tres décadas del Si bebes no conduzcas al que recurrió la DGT para frenar el consumo de alcohol en carretera, el balance de positivos mantiene en alerta a los responsables de Tráfico y de la Guardia Civil en Galicia. Pese a que cada campaña de control no debería pillar desprevenido a ningún conductor ya que se avisan con antelación, no hay dispositivo que se cierre con cero denuncias por consumo de alcohol o drogas. Uno de los infractores interceptados la semana pasada en las carreteras gallegas circulaba en tal estado de embriaguez que se quedó dormido mientras era sometido a la prueba.

Ocurrió el domingo en un control cerca de Santiago. En la primera prueba, dio un positivo muy elevado: 1,22 miligramos en el test de aire, casi cinco veces más que el máximo fijado por ley ( 0,25). El conductor había ingerido tal cantidad de alcohol que ya no pudo hacer la segunda prueba porque se quedó dormido, hasta el punto que tuvo que ser despertado por el guardia civil que le practicaba el control. Ante esta situación, los agentes, preocupados por el estado de salud del conductor, decidieron avisar a una ambulancia, que lo trasladó al Hospital Clínico Universitario de Santiago, según informaron desde la Guardia Civil de A Coruña.

Hace tan solo un mes, el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, anunció que quien reincida al volante por alcohol o drogas, se quedará sin carné. O lo que es lo mismo, la DGT retirará el permiso a aquellos conductores que en dos años hayan cometido dos o más infracciones por circular en estado ebrio o tras haber ingerido alguna sustancia estupefaciente. Los automovilistas de riesgo serán remitidos a las autoridades sanitarias para que evalúen si tienen un problema de abuso o dependencia y solo podrán volver a conducir si logran rehabilitarse. En Galicia, unos 4.000 conductores identificados como "de riesgo" por su reincidencia en el consumo de alcohol podrían enfrentarse a las nuevas sanciones de Tráfico.

Los datos hablan por sí solos. Un estudio pionero realizado de forma conjunta entre el Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) y la Agrupación de la Guardia Civil revela que uno de cada tres conductores responsables de accidente mortal en la comunidad el año pasado -bien fallecido o herido- dio positivo en alcohol (no solo había bebido sino que la tasa estaba por encima de 0,25 mg/l) o había consumido alguna sustancia estupefaciente.

Durante la campaña de vigilancia de la semana pasada, las patrullas en la provincia de A Coruña realizaron un total de 5.901 controles, en los que fueron denunciados 81 por consumo de alcohol y 36, por drogas. Lo que significa una tasa de infractores en la provincia por consumo de alcohol de 1,37%; y de 0,61% en el caso de los narcotest.

Por otra parte, el conductor de un turismo fue denunciado por su exmujer mediante una llamada telefónica en las inmediaciones de A Coruña por pretender conducir ebrio para devolverle a sus hijos. La denuncia se cursó el domingo, al finalizar el periodo en el que el padre tenía a su cargo a los menores.

Tras recibir el aviso, la Guardia Civil localizó el vehículo con los menores en el interior y sometió al conductor a pruebas de alcoholemia. ¿El resultado? 0,98 miligramos de alcohol por litro de aire espirado en la primera, y 1,01 en la segunda, cuatro veces por encima de la tasa permitida. Los agentes procedieron inmovilizaron y entregaron a los menores a su madre, que se había trasladado al lugar.

La Guardia Civil de Tráfico recuerda "la incompatibilidad de la conducción bajo los efectos del alcohol y/o drogas" por el "gran peligro que supone para el conductor así como para el resto de los usuarios de la vía".