Desde 1998, en Galicia hay más fallecimientos que nacimientos. La comunidad encadena 29 años seguidos con un saldo vegetativo negativo. En cambio, España solo lleva dos años en números rojos. Además, el saldo negativo a nivel demográfico ha ido en incremento en Galicia. Si hace casi tres décadas, la diferencia entre nacimientos y muertes era de -1.823 en Galicia, ahora es de -12.683. Es decir se ha duplicado, lo que supone un agravamiento de la crisis demográfica.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicaba ayer los datos provisionales de 2016. Galicia repite como la comunidad con el peor saldo negativo de toda España. El año pasado, la comunidad registró 19.049 nacimientos, un 1,9% menos con respecto a 2015 y la cifra más baja desde el año 2000; y 31.732 muertes, un 0,1% más y la cifra más alta desde 1975. El año pasado cada día había 87 fallecimientos por cada 52 partos. Con una diferencia de 35 muertes más que alumbramientos. O lo que es lo mismo por cada niño que nacía había 1,6 fallecimientos. El relevo generacional es imposible así.

Dieciséis años a la cola

Según los datos comparativos del Instituto Galego de Estatística (IGE), al menos durante los últimos 16 años la comunidad gallega ha sido la que obtiene el peor resultado. En el extremo opuesto de la tabla del año pasado está Madrid, donde hay 17.785 nacimientos más que fallecimientos. Hay siete comunidades con un saldo vegetativo positivo. Además de Madrid, la lista se completa con Andalucía, Cataluña, Murcia, Baleares, Canarias y Navarra.

Un resultado tan malo como el de Galicia, solo lo tiene Castilla y León con 11.698 fallecimientos más que nacimientos. Asturias, País Vasco, Aragón, Extremadura, Cantabria, Castilla La Mancha, Valencia y La Rioja también están en números rojos.

La crisis demográfica de Galicia es un problema estructural. La sangría poblacional que afecta a la comunidad viene de lejos. Los nacimientos en la autonomía han caído un 57% desde 1976. Y hace cuarenta años, las muertes eran, por el contrario, un 22% menos.

Las cifras absolutas dan pavor y reflejan como la comunidad gallega se vacía de gente joven y los que quedan son los mayores. En 1976, nacieron un total de 44.840 niños en Galicia. El pasado año, sólo 19.049.

Los fallecimientos, cuarenta años atrás, eran 26.015, cifra que se eleva a 31.732 en el pasado ejercicio. ¿Quién pagará las pensiones del futuro?, ésa es la pregunta de alerta que lanzan los economistas. Y añaden: ¿Tiene Galicia futuro? La Xunta ha puesto en marchas medidas para frenar el declive demográfico, pero todavía no han surtido efecto. La crisis económica acentuó el problema poblacional. Sin empleos y sin trabajos de calidad, estables y bien remunerados, son muchas las parejas que renuncian o postergan su decisión de formar una familia.

La desertización demográfica de Galicia se debe especialmente por la baja natalidad. 1987 fue el último año en que el saldo vegetativo fue positivo (+344). Y desde entonces en los años en que creció el censo no fue por los nacimientos, si no por la llegada de inmigrantes. La crisis económica frenó la recuperación de población por esta vía.

Esperanza de vida

Otro de los datos que ofreció ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE) es la esperanza de vida. En España es de 83,2 años y en Galicia, de 82,7 años, igual que en 2015. La comunidad gallega ocupa el onceavo puesto en el ranking autonómico.

Los niños que nacieron en Madrid el pasado año son los que pueden aspirar a vivir más años: 84,7 y los andaluces, los que menos, 80,6, según las previsiones del INE.