Un verano cálido y seco que llega después de un año marcado por las escasas precipitaciones. Estas condiciones convierten al monte gallego en un polvorín. Y los voraces incendios originados en Portugal y Doñana han hecho saltar todas las alarmas. Sin embargo, la Consellería de Medio Rural mantiene prácticamente sin cambios el operativo contra el fuego de años anteriores: unos 7.000 efectivos y poco más de 100 millones de euros de presupuesto, la misma cantidad que en 2016. También los medios aéreos se mantienen estables con 17, uno menos que en años como 2013, 2014 y 2015, ejercicios en los que eran ampliables hasta 20. La principal novedad de esta campaña de verano es que la Xunta tendrá ubicadas en tiempo real a todas las brigadas de incendios con dispositivos de geolocalización.

La conselleira de Medio Rural, Ángeles Vázquez, presentó ayer el Plan de Defensa e Prevención de Incendios (Pladiga) ante el Consello Forestal. Además las parroquias consideradas de alto riesgo incendiario aumentan de 68 a 73. Se trata de poblaciones que por su elevada actividad incendiaria serán sometidas a un seguimiento exhaustivo de cualquier actividad y además se intensificarán en estas zonas las actuaciones de vigilancia y disuasión. En estas áreas se realizará también un control exhaustivo de las ayudas públicas concedidas y no se otorgarán autorizaciones extraordinarias para la práctica del pastoreo en los terrenos quemados.

Con respecto al pasado año hay tres parroquias que caen del listado (Castro de Escuadro en Maceda, San Mamede de Trives y Santa María das Neves) y, por el contrario, se incorporan ocho, entre ellas el núcleo urbano de Ourense. De la provincia ourensana son seis las afectadas: además de la parroquia de Ourense, en la capital; Xurenzas, en el concello de Boborás; Sobradelo, en Carballeda de Valdeorras; Vences, en Monterrei; Bousés, en Oímbra; y A Fraga, en Lobeira. A ellas se suma la parroquia de Ribasieira, en el ayuntamiento coruñés de Porto do Son; y la de Saiar, en el pontevedrés de Caldas de Reis.

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En las labores de extinción participarán este verano 5.700 efectivos de la Xunta, a los que se sumarán otros 2.300 del Estado y el Ejército. En cuanto a los medios aéreos se repetirá el esquema del año pasado, en el que Medio Rural prescindió por primera vez de los aviones en el operativo de lucha contra el fuego tras quedar desierto el concurso y sustituirlos por helicópteros. En total estarán disponibles en los meses de verano un total de 17 helicópteros de la Xunta, a los que hay que sumar hasta doce medios aéreos del Ministerio de Agricultura. De esta forma, desaparecen los cinco aviones del Gobierno gallego que se estipulaban el año pasado -cuatro de carga en tierra y uno de coordinación y vigilancia- si bien suma cuatro helicópteros respecto a 2016, tres más de tipo ligero y uno más de coordinación.

En su comparecencia de finales de 2016 para presentar los presupuestos de este año, la conselleira de Medio Rural ya avanzó que en 2017 se primaría el uso de helicópteros frente a aviones de carga en tierra en la lucha contra los incendios, puesto que la Xunta defiende que son más operativos a la hora de cargar agua. En el plan de lucha contra el fuego se mantienen los mismo medios del Estado, que son nueve, y ampliables a 12. Habrá entre dos y tres aviones anfibios , entre dos y cuatro helicópteros de vigilancia, dos aviones de carga en tierra, dos helicópteros Sokol Brif-A y una Unidad Móvil de Meteorología y Transmisiones (UMMT).

Y a pesar de que los expertos vaticinan un verano con alto riesgo de incendios por la sequía prolongada que afecta a Galicia, la conselleira de Medio Rural es optimista y se plantea como objetivo reducir las hectáreas quemadas en 2017 a 15.000, un 30% menos que la superficie ardida el pasado año.

En cuanto al número de fuegos Ángeles Vázquez espera mantenerlos por debajo de los 559, que es la media de incendios registrados en la última década.

Pero también es importante "reducir" el número de fuegos en los que se tuvo que decretar un nivel de alerta 2, que obliga al desalojo de casas. En los últimos diez años hubo una media de trece de estos fuegos. "Deberíamos ser quienes de bajar esa cifra", expuso ayer.

Pero la principal novedad del Pladiga es tecnológica. "Todas las brigadas estarán geolocalizadas", explicó la conselleira. Vázquez explicó que este sistema de ubicación en tiempo real funcionaba ya pero solo para algunos medios y ahora se extenderá a todo el dispositivo.