Varios piquetes se encerraron ayer en tres puntos de A Coruña, Santiago y Pontevedra para pedir a la Xunta que convoque a las partes. Los encierros se desarrollaron en el Servicio Provincial de Movilidad de A Coruña; en la Dirección General de Movilidad de la Xunta, en Santiago; y en la Delegación Territorial de la Xunta en Pontevedra, donde los trabajadores estuvieron cerca de una hora.

Estos encierros "simbólicos", como los definieron los sindicatos, provocaron el primer contacto entre los sindicatos y la Xunta desde que arrancó la huelga. Fueron el titular de Mobilidade, Ignacio Maestro, y el secretario xeral técnico de la consellería, Joaquín Macho, los que se reunieron con representantes de UGT, CCOO y CIG en las oficinas de la dirección xeral en Compostela, aunque no se llegó a ningún acuerdo.

El portavoz de la CIG Inácio Pavón destacó que en la cita los sindicatos trasladaron una vez más su exigencia de una mesa tripartita, en un contexto de protestas "más contundentes" que precede a un posible "endurecimiento" de las movilizaciones. Por su parte, el departamento que dirige Ethel Vázquez insistió en que para hablar de empleo y de la subrogación de los puestos de trabajo "hay que hablar por separado", y reiteró que lo que plantea la patronal -una prórroga de las concesiones a las que renunciaron a partir de agosto- "no es viable".

El único incidente reseñable en la jornada de ayer fue la intervención de la Policía en la estación de Pontevedra para que saliese un autocar que trasladaba a turistas canarios al aeropuerto de Barajas. El vehículo que llevaba a viajeros de Canarias a Madrid tuvo que hacer parada en la terminal pontevedresa debido a una avería, y a continuación encontró problemas para abandonarla debido a la presencia de un piquete.

Según informaron a Europa Press fuentes de la Policía, tras su actuación no hubo "ningún inconveniente" para que saliese.