Quemas de rastrojos, colillas mal apagadas, barbacoas, pirotécnicas? Son las principales causas que están detrás de los más de 14.000 incendios ocurridos en Galicia durante los últimos cinco años, un periodo en el que los agentes de la Policía Autonómica arrestaron a más de 500 personas por su implicación en alguno de los focos que redujeron a cenizas miles de hectáreas de monte. Solo en lo que va de año, los efectivos de la unidad del Cuerpo Nacional de Policía adscrita a la comunidad gallega detuvieron a un total de 54 incendiarios, un 80% más que el mismo periodo del año anterior (30 arrestos) y más del doble que en 2015 (22), según datos de la Consellería de Presidencia.

Desde que en 2012 el Ministerio del Interior reforzó la plantilla de la Policía Autonómica en Galicia, las detenciones por delitos forestales se multiplicaron año tras año. 2013 fue el ejercicio que registró un mayor número de arrestos por quemas en los montes gallegos: un total de 122. Le sigue en el ranking el balance de 2012, con un total de 108 incendiarios detenidos.

Desde 2014, las estadísticas se quedan por encima de los 70 arrestados. Y en el extremo opuesto de la tabla están 2008 y 2009, según las memorias de la Policía Autonómica, con tan solo 10 y 16 detenidos, respectivamente. En lo que va de año, los agentes practicaron 54 detenciones en la comunidad gallega, un balance que de mantener este ritmo en lo que queda de año superará de nuevo la barrera de los 100 arrestos.

Sin juicios ni condenas

Sin juicios ni condenasSin embargo, en la mayoría de los casos las detenciones no se traducen en juicio alguno y menos en condena. La falta de testigos y, sobre todo, de pruebas que incriminen a los sospechosos de haber prendido fuego impiden que sean juzgados el 95% de los arrestados en Galicia. Los datos de la memoria de la Fiscalía de 2015, últimos disponibles, hablan por sí solos y son un reflejo de lo que ocurre año tras año en la comunidad. Hasta un total de 451 procesos penales se abrieron entonces en los juzgados gallegos por alguno de los incendios que arrasaron casi 12.000 hectáreas. Pero fueron muy pocos los detenidos llevados a juicio: apenas se dictaron una veintena de sentencias por delitos forestales.

Y la práctica totalidad de los incendiarios condenados eluden el ingreso en prisión, una pena que se aplica a contados casos, ya que la mayoría carecen de antecedentes delictivos o la condena impuesta no supera los dos años de cárcel. Con el pago de una simple multa y en casos excepcionales con el ingreso en un psiquiátrico de los detenidos con algún trastorno mental, comportamiento antisocial o dependiente del alcohol o las drogas, se da carpetazo al asunto judicializado.Falta de pruebas, dudas y olvido

Además de la falta de pruebas determinantes, las dudas e incluso el olvido que provoca el paso del tiempo en los testigos dan al traste de cientos de investigaciones en materia de incendios. Y es que salvo los incendios por imprudencia -por quema de rastrojos- que resultan sencillos ya que se resuelven con un juicio rápido; en los asuntos complejos donde hay que ofrecer acciones a los perjudicados, las resoluciones del caso se demoran de dos a cuatro años.Más medios

Más medios

Para evitar la absolución por el transcurso del tiempo y la degradación de pruebas, la Fiscalía de Medio Ambiente en Galicia urge desde hace años más medios para obtener datos más objetivos. Entre esos medios, están las imágenes que pueden captarse a través de las cámaras de autopistas o de las llamadas cámaras de trampeo, utilizadas por los cuerpos policiales en determinadas investigaciones.