Menos de hora y media duró la reunión de ayer entre las empresas del sector del transporte de viajeros y los sindicatos. Era la tercera entre ambas partes desde que estalló el conflicto el pasado 20 de junio. Y el resultado fue el mismo que en las dos anteriores: acabó sin acuerdo​.

Para desconvocar la huelga de autobuses que ayer alcanzó su séptima jornada -con un alto seguimiento como las seis anteriores- y que hoy vivirá la octava y será indefinida a partir de mañana, los trabajadores reclaman una subida salarial ligeramente superior al IPC.

Sin embargo, la patronal es reticente a llegar a acuerdos hasta que la Xunta aclare "la incertidumbre generada" con la puesta en marcha de su plan de transporte. "No podemos comprometernos con un subida salarial cuando no sabemos el impacto que va a tener el plan", aseguraron fuentes de las empresas que insistieron en que el proyecto del Ejecutivo gallego "supone un recorte notable de ingresos". Por lo que hasta que no conozcan esa cuantía no pueden firmar ningún pacto con los trabajadores.

Este es el primer punto por el que no hay acuerdo, según la patronal. Los otros dos también tienen como protagonista a la Xunta. Uno es la petición de que abone "la deuda pendiente del IPC" en el transporte escolar "que data de 2013" y el otro, que se "actualicen las tarifas del transporte", también sin renovar desde el mismo año.

Las cuatro federaciones (Anetra, Fegabús, Transgacar, por un lado, más beligerantes contra el plan de la Xunta; y Fegatravi, por otro) plantearon a CCOO, UGT y CIG seguir con la negociación a nivel provincial debido a que las circunstancias son muy heterogéneas entre A Coruña, Pontevedra, Lugo Ourense y Santiago.

Los sindicatos, que un día antes habían llegado a un acuerdo con la Xunta sobre las cláusulas sociales del plan de transporte -del que se desmarcó la CIG y provocó discrepancias en las asambleas desarrolladas ayer-, recibieron la propuesta de los empresarios como "una burla", sobre todo después de que no aceptasen ninguna de sus proposiciones.

"Solo dicen que todo es culpa del plan", criticó el portavoz de CCOO, Marcos Pérez. "No se puede engañar de esta forma", reconoció tras mostrarse reacio a sentarse en las mesas provinciales. Hoy, de nuevo, habrá asambleas en las principales estaciones de autobuses de la comunidad para analizar los últimos acontecimientos y ratificar la huelga indefinida a partir de mañana.

En su negociación con la patronal, los sindicatos exigían, al menos, partir de un acercamiento o aceptación por parte de ella de sus demandas a nivel gallego, que se centran, fundamentalmente, en la revisión salarial.

De nada les sirvió a las empresas que, horas antes de la reunión, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, les tendiese la mano al asegurar que tienen "la garantía" del Gobierno gallego de "que no se las va a "arrinconar" o hacer que "pierdan dinero". "Que estén tranquilas", proclamó.

"Ninguna empresa puede perder dinero por prestar un servicio público y, por tanto, las empresas del sector deben de estar tranquilas dado que las líneas que la Xunta va a licitar tienen que mantener un equilibrio concesional, es decir, un equilibrio de explotación en las concesiones", reconoció.

Dicho esto, instó a los trabajadores y a la patronal a actuar con "responsabilidad". "En pleno verano no es razonable deteriorar la economía de las propias empresas y del sector turístico", concluyó.

Las tres federaciones más beligerantes con el plan de la Xunta dieron por rotas las negociaciones con la administración el pasado jueves.