Galicia vetará los chiringuitos a pie de playa que no puedan desmontarse y solo mantendrá los actualmente legalizados, además de los que puedan situarse en arenales urbanos, en sintonía con la Ley de Costas. Los nuevos establecimientos podrán instalar una terraza de hasta 50 metros cuadrados y su negocio estará acotado a los meses de junio, julio, agosto y septiembre, además de 11 días en Semana Santa.

Estas son las principales novedades en la regulación de los locales de venta de comida y bebida en la playa, cuya modificación ultima la Consellería de Medio Ambiente. El departamento que dirige Beatriz Mato, ya con un borrador sobre las actividades en la zona de servidumbre de protección del dominio público-marítimo terrestre que afecta los primeros 100 metros de costa -en algunos casos se limita a los 20 primeros- y está en consonancia con la Ley de Costas y sus reglamentos estatales, cuyos preceptos adapta.

Ambas administraciones se reparten competencias, lo que afecta también a los chiringuitos. Si están ubicados sobre la propia arena dependen del Gobierno central; a partir de ahí -en pinares o paseos marítimos-, del Ejecutivo gallego. En el complicado sistema legal que afecta al litoral, los arenales urbanos se rigen por otros preceptos.

El pasado día 13, el Consello de la Xunta anunció el cambio de la norma sobre la zona de servidumbre, lo que variará las condiciones que afectan a los establecimientos de comida y bebida a pie de playa, regulados por un decreto de 2005, aunque a posteriori se aprobaron normas de mayor rango que afectan a la costa, como la Ley de protección y uso sostenible del litoral de 2013 o la modificación de la Ley de Costas, así como otros decretos, alguno de calado como el Plan de Ordenación do Litoral. La norma de 2013, por ejemplo, regularizó 709 negocios e industrias situadas a pie de playa en la comunidad gallega, bula que también recibieron viviendas de núcleos tradicionales.

En el decreto de 2005 se establecían dos tipologías de chiringuitos. Por un lado, las fijas, con un máximo de 150 metros cuadrados de superficie y una separación de 200 metros de otros locales. Y por otro, las desmontables, con un tope de 20 metros cuadrados y la mitad de distancia obligatoria.

Ahora solo se permitirá la última modalidad, si bien los pertenecientes a la primera categoría existentes en la actualidad podrán seguir operando. "Los establecimientos expendedores de comida y bebida al servicio de los usuarios de las playas tendrán carácter temporal [...] y utilizarán instalaciones de naturaleza desmontable [...] o bienes semimovibles, a excepción de las instalaciones fijas existentes amparadas por la concesión o autorización exigible confirme a la legislación de costas vigente en el momento de su otorgamiento", recoge el borrador del decreto que ahora someterá a información pública el departamento de Beatriz Mato.

Esta norma establece que los chiringuitos operarán en la temporada de verano, comprendida "entre el 1 de junio y el 30 de septiembre", aplicando el marco estatal. Antes de alcanzar la primera quincena de octubre, las instalaciones deberán estar desmontadas. Excepcionalmente, podrán solicitar una autorización para explotar el negocio durante la Semana Santa, periodo para el que la Xunta concederá 11 días, tras los cuales solo deberán retirarse los elementos de la terraza.