El país de los mil ríos sufre por falta de agua. Galicia suma ya siete meses en prealerta por sequía, un aviso decretado por la Xunta en pleno invierno, el pasado 12 de enero. Ante el déficit hídrico que arrastran los embales y las cuencas fluviales de la comunidad, hay concellos que están en una situación "límite". Es el caso de Lalín. Si no llueve en el plazo aproximado de una semana, tendrá que habilitar camiones cisterna para repartir agua entre los vecinos y garantizar el suministro, si bien descarta decretar cortes en la red de abastecimiento. La necesidad de provisiones externas debido a la sequía y al aumento de población en los meses de verano ya ha afectado a al menos cinco municipios ourensanos -Petín, Vilamartín de Valdeorras, Xinzo, Os Blancos y Vilardevós-, que recibieron ayuda de la Diputación provincial.

La Xunta activó en enero la prealerta por sequía, una situación que en verano afecta de forma cíclica a muchos ayuntamientos de la comunidad. En 2015, el Ejecutivo autonómico envió una carta a 165 municipios pidiéndoles que controlasen el consumo de agua. Ya desde el pasado mes de mayo, hay ayuntamientos gallegos que empezaron a limitar el riego y el llenado de piscinas por el bajo nivel del caudal de los ríos.

Las primeras señales de alarma saltaron en los noventa. En solo dos décadas, el agua disponible en los ríos gallegos disminuyó un 15% debido al cambio climático. La subida de las temperaturas y una atmósfera más caliente están detrás de la merma de los recursos disponibles, en la que también influye el aumento de la demanda. ¿Las consecuencias? Pérdidas millonarias en el campo gallego, mayor probabilidad de incendios y sobreexplotación de las aguas subterráneas o escasez de agua en la capa freática -a unos 15 metros de la superficie-, lo que obliga a perforar los pozos a más profundidad. Una situación que se ha agravado por los episodios de sequía cada vez más frecuentes, el aumento de la demanda, un consumo en ocasiones irresponsable y las deficiencias en la red de suministro. Con el agua que pierde Galicia en un año por fugas o averías en la canalización, se abastecería Andalucía durante todo un mes.

En Lalín, la situación es "seria y preocupante", según declaró la concejal de Medio Ambiente, Celia Alonso, que ayer se reunió, junto al alcalde Rafael Cuiña, con la empresa concesionaria del servicio, Espina y Delfín. El notable descenso del caudal del río Asneiro, del que se abastece el municipio, activó las alarmas en julio, cuando el consistorio reclamó un consumo responsable. Ahora se encuentra al borde de recurrir a provisiones externas de agua si no llueve en el plazo aproximado de siete días.

A pesar de ello, Lalín descarta decretar cortes del suministro por el efecto negativo que supone. Su responsable de Medio Ambiente explicó que en esos casos muchos ciudadanos se acopian de agua en las horas en que se abre el servicio y luego se desperdicia.

Lalín no es el único municipio con problemas. Al menos cinco de Ourense, situados en las comarcas de A Limia y el oriente de la provincia, padecen las consecuencias de la sequía y el aumento de población, y, por tanto, del consumo, durante el período estival.

La Diputación de Ourense envió este verano a Petín y Vilamartín de Valdeorras camiones que bombearon agua desde el río, y otros cargados de ese elemento a Xinzo, Os Blancos y Vilardevós, según declaró el diputado provincial de Cooperación Pablo Pérez a Europa Press, que constató un aumento de la demanda de esta ayuda.

La Confederación Hidrográfica del Miño-Sil, que garantiza el abastecimiento para la población, recibió la petición de A Rúa y Petín para cambiar sus puntos de captación, mientras Ribadavia ha solicitado otro punto adicional.

Déficit hídrico

Ante la falta de lluvias del verano, los embalses gallegos pierden agua semana tras semana. En solo siete días, la reserva hidráulica en Galicia cayó en 38 hectómetros cúbicos -23 menos en la cuenca Miño-Sil y 14 en la zona Galicia-Costa-. Las presas de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil se encuentran al 58,3% de su capacidad y la cuenca Galicia-Costa, al 61%, doce puntos menos que hace un año. En el conjunto del país, la reserva de los embalses es de tan solo el 44%, según datos divulgados ayer por el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente.