La única carta que les quedaba en la manga a los examinadores para conseguir el ansiado complemento específico era convocar una huelga que pusiera contra las cuerdas a Tráfico. El conflicto laboral se remonta a 2008. Entonces, la DGT se comprometió a una subida salarial, una reivindicación que ya llevó a los funcionarios de Tráfico a la huelga en 2015 por el incumplimiento de las mejoras salariales y profesionales. Los paros se retomaron en junio, en plena temporada alta, y se extendieron durante el mes de julio tres días por semana. Las protestas de tres días por semana dejaron a más de 80.000 aspirantes al carné de conducir sin examinar -casi 6.000 en Galicia- y amenazaron con el cierre de centros de formación o expedientes de regulación de empleo temporal.

"Daños irreversibles"

Desde la Federación Gallega de Autoescuelas, su presidente, José Manuel López Marín, celebró la desconvocatoria de la huelga general. "Es una decisión sensata, sabia e inteligente que agradecemos, ya que no somos culpables de las diferencias que tengan con la Administración", destaca el también el vicepresidente de la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE). "Entendemos sus reivindicaciones pero los daños que nos han ocasionado son irreversibles y difíciles de recuperar", concluye.