Luchar biológicamente contra la plaga que asola los limoneros, naranjos, mandarinos y demás cítricos en Galicia conocida como dragón amarillo y que se ha extendido rápidamente por la provincia de Pontevedra y el litoral de la comunidad. Es la solución que plantean los responsables de la Estación Fitopatológica de O Areeiro, en Pontevedra, ante la proliferación de árboles afectados y ante la necesidad de contener al insecto causante, la psila africana, en Galicia, única comunidad afectada de la Península. Esta solución, que sustituirá a la actual lucha química -con pesticidas-, tendrá que contar con el visto bueno del Ministerio de Agricultura.

Se trata de introducir parasitoides que ataquen al mosquito; primero se ensayarían en laboratorio y luego, se soltarían. Hasta el momento ningún otro insecto existente en el hábitat gallego atacó a la psila africana. "Ahora la dirección va por la lucha biológica: en eso estamos trabajando en estos momentos. Estudiamos primero que el Ministerio nos permita traer parasitoides para ver cómo se controla la plaga, hacer estudios en laboratorio y luego poder soltarlos", indica el jefe de servicio de la Estación Fitopatolóxica de O Areeiro, Pedro Mansilla.

Las dificultad de las autorizaciones del Gobierno radica en que los insectos parasitoides necesarios para la psila africana son especies exóticas, que llegarían de otros países y se barajan varias. "Tenemos que saber si esos parasitoides que hay en otras partes del mundo se pueden adaptar a nuestra climatología", asegura Mansilla. Ya hay precedentes con el gorgojo del eucalipto y la avispilla del castaño.

Esta misma plaga arrasó hace años los cítricos de California y varios países de Sudamérica. En el Atlántico, se documentó su aparición en las islas Azores y Canarias, y también en el norte de Portugal y en Galicia -apareció en O Salnés y Barbanza en 2014, según la Xunta-. Luego se documentó en una zona del Algarve próxima a Huelva a finales de 2015, lo que alertó a los productores andaluces y valencianos. Portugal tuvo que arrancar una hectárea y media y quedó prohibida la exportación de material vegetal a la Comunitat Valenciana, o a cualquier otro punto de la Unión Europea.