El día 11 no solo se empezará a poner a prueba la pericia de los docentes y las ganas de trabajar de los alumnos, sino que también se estrenará el transporte escolar compartido. Aunque no afectará, por ahora, a todas las líneas que llevan estudiantes al colegio, sí habrá 10.199 escolares (el 12% de escolares que usan el autobús, que son 88.340) que verán cómo sus buses admiten viajeros que no van a clase con ellos. De ellos, unos 7.500 serán de etapas educativas obligatorias y el resto, de FP y Bachillerato.

Los ourensanos serán quienes más lo noten, ya que en esa provincia el 43% de los alumnos que usan el bus para llegar a su centro educativo, un total de 4.356, experimentará con el nuevo sistema. En Pontevedra, serán 2.639, uno de cada cuatro, mientras que las zonas donde pasará más desapercibido serán Lugo (1.190 alumnos, el 12% de los que se mueven en transporte escolar) y A Coruña (1.007, el 10%).

En todo caso, en lo que insiste la Consellería de Infraestruturas es en la seguridad de estos alumnos. Los padres no tienen de qué preocuparse, ya que todos los buses donde entren viajeros ajenos al cole llevarán acompañante. Serán 382 los cuidadores que velarán por los alumnos en las 513 líneas que aunarán los dos tipos de viajeros. La cobertura será total, ya que algún acompañante hará diversas rutas, que se realizan en distintos horarios.

La Xunta recalca que la cifra supone elevar un 60% los acompañantes existentes hasta ahora, y es que la legislación, que data de 1996, solo los exige en los buses que llevan niños de Infantil y Primaria, mientras que este curso habrá monitores en todas las rutas compartidas, que llevarán un distintivo, Bus compartido, para identificarlas.