Al grupo de accionistas que desde hace tiempo intentan salir del accionariado de Itínere no les quedará más remedio que esperar. La venta de la empresa que, entre otras concesiones, maneja Audasa, encarga de la explotación de la Autopista del Atlántico, estará en suspenso entre seis y ocho meses por la disputa entre los socios para la venta de sus respectivas participaciones. Abanca, Sacyr y Kutxabank, que reúnen el 55,4% de los títulos, llevaron a Corsair, con el 37,3%, a un arbitraje por la negativa del fondo estadounidense, partidario de una oferta alternativa a la que querían los tres partícipes mayoritarios.

El director general financiero de Sacyr no ahorró ayer críticas a Corsair por su postura. Porque, a pesar de contar con una porción minoritaria del capital, "ejerce como mayoritario y, además, está incumpliendo el compromiso que adquirió respecto a permitir vender sus participaciones al resto de socios". Carlos Mijangos confía en que el lío no espante el evidente interés del mercado por Itínere ante la recuperación del tráfico por carretera.