El precio de la vivienda en alquiler no para de crecer. Salvo en Galicia. La comunidad gallega fue la única en la que el coste de los arrendamientos en agosto cayó con respecto al mismo mes del año pasado.

El descenso fue mínimo, un 0,1%, pero rompe la tendencia alcista de los últimos meses y, sobre todo, se separa de la media nacional que fue del 10%.

El resto de las 16 comunidades vieron cómo incrementaron sus precios con subidas que alcanzaron el 18,2% en Cataluña, el 11,3% en Canarias o el 11,2% en Madrid.

En cuanto a la clasificación por precios, Galicia fue la cuarta comunidad más barata, con 5,5 euros por metro cuadrado. Solo la superaron La Rioja (5,4), Castilla-La Mancha (5) y Extremadura (4,7). Cataluña tenía en agosto los arrendamientos más altos con un coste de 12,1 euros por metro cuadrado. Le siguieron Madrid (11,6) y País Vasco (10,8). La media nacional estaba en 8 euros.

El aumento del 10% que se produjo en España fue el tercero interanual por encima del 10% que se registra en 2017, además de llevar 30 meses consecutivos al alza, según los últimos datos del portal inmobiliario Fotocasa.

La variación interanual registrada en agosto (10%) fue la tercera más alta de este año, después de que en mayo subiera un 10,5% y en abril, un 10,2%. En términos mensuales, el precio de la vivienda en alquiler descendió un 0,1% en agosto y se situó en 9,07 euros el metro cuadrado al mes. Es la tercera caída consecutiva que se registra a nivel mensual.

Si los precios de las viviendas para alquilar en Galicia no se comportan como en el resto de España, lo mismo sucede con el coste para adquirirlas.

El precio de los inmuebles se incrementó un 5,3% en el primer trimestre de este año y un 5,6% en el segundo a nivel nacional.

La comunidad gallega también siguió la estela de este crecimiento, pero de forma mucho más moderada: en el primero aumentó un 1,3% y en el segundo, un 1%.

Y eso que los expertos explicaban este incremento tan bajo en el trasvase de la demanda de los compradores hacía el mercado de alquiler. Sin embargo, ese trasvase aún no se ha notado porque en agostó los precios de los arrendamientos cayeron en Galicia.

Los jóvenes, potenciales clientes de los arrendadores, tampoco lo tienen fácil. Ni para alquilar ni para comprar. El último Observatorio de la Emancipación, elaborado por el Consejo de la Juventud, destaca que los jóvenes gallegos menores de 30 años necesitan más de la mitad de sus ingresos, un 53%, para hacer frente a la hipoteca o al alquiler.