Entre cuatro y seis zonas de la cuenca Galicia-Costa tienen un riesgo "real" de pasar de prealerta a alerta por sequía a partir de octubre, debido al déficit acumulado de lluvias que afecta a la comunidad desde la primavera de 2016, según confirmó el director xeral de Augas de Galicia, Roberto Rodríguez. Será la Oficina da Seca, que aglutina a técnicos de todos los departamentos de la Xunta con competencias en la materia, la que el lunes 2 de octubre determine si toma esta decisión. Para el alto cargo del Gobierno gallego "existe la posibilidad cierta" de convertir en alerta la prealerta decretada a comienzos de año en "algunos sistemas" de los 18 que tiene la cuenca Galicia-Costa.

Estos sistemas son como "minicuencas" y se ubican en distintas reas de toda la comunidad, desde el norte hasta el sur, aunque este último es el más afectado. De hecho, una tercera parte de los principales ríos de esta demarcación llevan un caudal inferior al 50% a lo que sería habitual en esta época del año. Se trata de ríos en la provincia de A Coruña como el Mandeo, con un 31% de su caudal medio para la época; el Anllóns, en torno al 50%; y algún tramo del Xallas y del Furelos. En Pontevedra afecta al Ulla, el Lérez, el Oitavén, el Lagares y el Groba. Aún así, Augas de Galicia descarta tener que decretar el estado de alerta en toda la demarcación, ya que el riesgo se da en los sistemas que ya arrastran una situación "más delicada" en los últimos meses, pues su situación está "más alejada" de su condición "normal".

El presidente de la otra demarcación demográfica, la del Miño-Sil, Francisco Marín, ya anunció hace unos días que todo apunta a que en octubre se activará la alerta en esta área que abarca zonas de Ourense, Lugo y del interior de Pontevedra .

Pese a nueve meses de déficit de precipitaciones, la Xunta destaca que agosto "resistió mejor de lo que se esperaba", y que por delante hay un otoño que, si es normal en cuanto a lluvias, hará que "la situación tienda hacia la normalidad".

Las consecuencias de que se declare la alerta en algunas zonas no tendría "efecto inmediato" sobre la ciudadanía, según Roberto Rodríguez. Medidas como hacer obligatorias las restricciones en determinados usos o en baldeos de calles no se contemplan "en un primer momento", sino que habría que ir analizando las circunstancias de cada lugar. La alerta por sequía, de manera más inminente, sí que repercutiría en una intensificación de los seguimientos, que pasarían a ser semanales en los embalses, en los aforos y en la calidad de las aguas.

Solo tres ayuntamientos trasladaron incidencias al organismo desde mayo: los de Aranga (A Coruña), Valadouro (Lugo) y Portas (Pontevedra), que pidieron permiso para captar agua en otro punto.

La parte sur de Ourense es la más afectada, pero las incidencias en esta área afectan, sobre todo, a núcleos rurales y traídas vecinales a las que se ha garantizado el suministro con cisternas, según Rodríguez. De hecho, los primeros efectos se notan en pozos y acuíferos.