Galicia, Castilla y León y Asturias activarán el lunes el frente político con el que reclaman la inclusión en el Corredor Atlántico ferroviario de mercancías. Su intención es presionar al Gobierno central para que incluya su demanda en la revisión del trazado que parte de Lisboa hacia Madrid y de ahí a Europa. Los tres gobiernos autonómicos aspiran a conectarse a esa línea para ganar competitividad y recibir fondos comunitarios. La iniciativa cuenta con el aval de los empresarios, pero nace más debilitado de lo que previsto, pues Cantabria se descolgó en junio de la alianza al proponer un modelo propio.

La decisión marcará en gran parte la competitividad de las tres comunidades y aspira a modificar la exclusión sufrida por parte del Ministerio de Fomento, que en febrero no envió a la Unión Europea ninguna propuesta para sumarlas a la citada red.

En 2011, la Comisión Europea aprobó las líneas troncales del transporte ferroviario de mercancías. En él, está el Corredor Atlántico, que en el período 2014-2020 tenía previsto recibir 13.000 millones de euros de fondos comunitarios.

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La línea dibuja una conexión que arranca en Lisboa y conecta en Zamora con el ramal que se inicia en Algeciras y pasa por Madrid. De ahí, a través de Valladolid, Burgos y Vitoria llega a Hendaya, puerta del mercado europeo. En el Mediterráneo está diseñado otro corredor.

Galicia y el resto del norte peninsular, salvo Euskadi, quedó al margen de esa modernización del transporte ferroviario, lo que lastra principalmente a sus puertos. No solo los gobiernos autonómicos levantaron la voz de alarma, sino también los empresarios. Las patronales de Galicia, Asturias, Cantabria y León desembarcaron a comienzos de junio en Madrid para reclamar su inclusión en ese mapa para no descolgarse de la actividad económica y del mercado europeo. Emularon así al lobby mediterráneo que, desde hace años, presiona para impulsar la conexión hacia Europa a través de su territorio.

En paralelo, se gestaba un frente político -el propio presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, pidió esa conexión antes de la reunión del plenario de la Comunidad de Trabajo Galicia-Norte de Portugal- que incluía a Cantabria, pero el Ejecutivo de Miguel Ángel Revilla rompió con sus socios para pedir una nueva línea por toda la cornisa cantábrica, mucho más cara que enlazar con el trazado actual.

El lunes se oficializará la reclamación de los tres citados gobiernos autonómicos, que firmarán en Santiago una declaración institucional pidiendo al Gobierno que "el corredor incorpore y priorice la conexión ferroviaria de su actual trazado español con los puertos marítimos de A Coruña, Vigo, Gijón y Avilés a través de Palencia y León", según anunció ayer la Xunta mediante un comunicado, en el que confirmó la presencia de empresarios, cámaras de comercio, agentes sociales y representantes de autoridades portuarias.

El objetivo es evidenciar el consenso sobre una reclamación que "reforzará la competitividad logística" de los tres territorios, si bien la firma del documento carecerá del máximo perfil político.

La declaración será suscrita por los responsables de obras de los gobiernos autonómicos y no sus presidentes. Se trata de la conselleira de Infraestruturas, Ethel Vázquez, y sus homólogos de Asturias, Fernando Lastra, y Castilla y León, Juan Carlos Suárez-Quiñones.

El obsoleto estado del trazado ferroviario gallego causa que apenas el 1% del movimiento de mercancías a través de la comunidad emplee ese medio de transporte. Sumarse a la red europea permitiría recibir fondos con que modernizar la línea.

El asunto estuvo presente en la primera sesión del Debate sobre el Estado de la Autonomía. El portavoz de En Marea, Luís Villares, responsabilizó a Feijóo de que el Ejecutivo central de Mariano Rajoy, su jefe de filas en el PP, no pidiese este año a la UE que incluyese a Galicia en el Corredor Atlántico. En junio, Feijóo acusó al PSOE de esa exclusión, pues gobernaba cuando en 2011 se decidió el trazado.